Pero no quita para reconocerle el mérito a Sampaoli. El año pasado empezó dando tumbos, en parte provocado por las rotaciones de Emery, y le acabó superando ese primer corte de Champions. Este, sin embargo, todo lo contrario, ha superado como ha superado ese corte y, a pesar de las rotaciones -menores en relación al pasado curso-, está donde está. Es cierto también que ha tenido fortuna en algunas salidas, como en La Coruña y Leganés, donde remontó cuando el rival se desinfló en los últimos minutos. También mereció más el día del Barcelona en Sevilla. Por ejemplo. Pero, en líneas generales, el trabajo de Sampaoli es buenísimo. Y yo soy de los que pensaba -ya no sé si ahora tanto- que un equipo jugando con la exigencia de este Sevilla, revienta en algún momento. Más viendo la relativa fragilidad de algunos de sus jugadores, Vietto y Kranevitter incluidos. De momento, parece que no. Y además cada día se le ve más seguro en lo suyo. Y haciendo un magnífico fútbol. En todos los sentidos. Es cierto que puede que influya ese menor desgaste de jugadores durante el verano. Habrá que ver. Pero no va a ser fácil. La Real, por ejemplo, después de los dos compromisos que ha tenido luego de eliminatorias de ida de Copa, ha pinchado estrepitosamente. Como ayer. Aunque, como decía, influyesen mucho las bajas de Navas, Carlos Martínez y Zurutuza. Se verá.