Vivimos en un mundo en el que hay corrupción hasta en negocios que generan auténticas menudencias. La corrupción campea allá donde haya poder y dinero, esto viene desde la época de los romanos. Y resulta, oh, que alrededor del fútbol hay poder y dinero.
Pero es que la corrupción ya ha señalado al fútbol, al mismo fútbol, el *** FBI ha tenido que meter mano en el máximo órgano de gobierno de este deporte.
Imagino que los clubes de Italia, rectos paladines de la integridad, estoicos ejemplares, esplandianes y amadíses como deben serlo, por lo que se ve, todos los equipos de fútbol que aspiren a algo, miraron hacia otro lado y reprendieron a los jueces que descendieron a Segunda División al Lazio, a la Fiore y a la *** Juventus de Turín, que le quitaron quince puntos al Milán por comprar partidos, por romper su equilibrio de honorabilidad y deseo de perfeccionamiento, por señalar una realidad que no debe existir, que, si existe, rebaja, y eso no.
Que cada cual siga poniendo la cama todo lo que quiera. No sé quién es el niñato y quién el noble y honrado, pero sí se quién es el que se para a pensar.
Seguro que sois de los que seguís creyendo en lo de la bala mágica de Kennedy.