En juego me he cabreado bastante por dejar que se nos escape un partido que habíamos encarrilado de salida (una salida con una intensidad sobresaliente: estábamos tan juntos en defensa que en ataque hasta nos estorbábamos). Pero dado que el rival se ha sacudido el dominio y nos ha golpeado con mucha precisión -no han tenido muchas ocasiones claras, pero han aprovechado muy bien las que tuvieron- no es un mal resultado. Ya que no hemos sabido ganar, empatar es valioso. No perdemos, hemos pasado un campo difícil y siguen llegando buenas noticias (en concreto, que Antoine está de vuelta y en racha) junto con las conocidas debilidades.
Con un poco de precisión en las 3-4 contras que tuvimos en la primera parte, nos hubiéramos llevado los 3 puntos. No me ha gustado el desempeño de Carrasco y Gameiro. El belga, cuyo potencial es enorme, debe tener algún problema físico (o psicológico), porque parece otro. Mala cara, muy tenso, no sonríe. El francés tiene un problema: no gana una lucha con los defensas. Si lleva la bola su velocidad le permite imponerse, pero es que además parece que le multiplicase las fuerzas. Sin balón lo desplazan con una facilidad tremenda, ya sea metiéndole el cuerpo o un brazo.Y eso es terrible para el equipo, al que le cuesta filtrar pases claros, se necesita mucha más lucha ya que no tenemos precisión. Por eso Torres, con toda su torpeza con el balón en los pies -en esto se le ve la confianza, o su falta más bien- hace mucho bien al conjunto cuando gana bolas por arriba, o gana una disputa al defensa. En todas las contras fallidas que tuvimos no sacamos ni tiros a puerta, pero tampoco fuimos capaces de forzar tarjetas ni de generar faltas peligrosas. Porque para que piten falta o saquen tarjeta al rival hay que ir con todo (como hace Saúl, que saca una falta peligrosa, una tarjeta y el rival hasta se hace daño porque se ve obligado a forzar).
Por último, coincido con lo que comentan otros foreros: qué diferentes son los fueras de juego en según y qué circunstancias...