Lo que ayer nos jodió bastante fue una cierta descoordinación entre los centrales: dos veces dejamos mucha libertad a un tipo en el área y fueran dos goles inapelables. La pareja Giménez-Godín no está tan compenetrada como en años anteriores. Me sigue pareciendo que lo que ganamos con los dos charrúas compensa perder la calma que aporta Savic, por lo que yo seguiría apostando por esta pareja.
Encajando dos goles que no son solamente fallos, sino jugadas de gran precisión del rival (vaya toque de Raúl García en el segundo, ese balón es un caramelo para el rematador) en un campo difícil, sin hacer nuestro mejor juego -especialmente por sacarle poco partido a las contras- y aún así no salimos derrotados.
Un tema que me genera dudas futbolísticas y que me gustaría comentar son los cambios de juego en largo. Parece evidente que el equipo técnico ha aleccionado a los jugadores a evitar, en la medida de lo posible, los cambios de banda directos, de lateral-centrocampista a lateral-centrocampista del otro lado. Siempre se busca el centro y desde allí se abre (o no) a la otra banda. Parece claro que es orden directa, y en partidos como el de ayer llama especialmente la atención porque el rival en cambio usaba constantemente el balón de banda a banda. Asumo que esta es una de esas cosas que Simeone estudia obsesivamente, llegando a la conclusión que la ventaja (ganar unos segundos, que impiden al rival bascular bien) no compensa los inconvenientes (balones perdidos y posibilidad de robo en disposición de ataque). Como todas las decisiones futbolísticas del Cholo, debe de estar muy bien analizado. Ahora bien, con la ausencia deTiago, que era el especialista en cambiar el juego, y con Koke algo más tirado al centro hay muchas ocasiones en las que nos encerramos demasiado, y el cambio de juego tarda demasiado para ser efectivo. En ocasiones ayer parecía que las contras (especialmente) se desaprovechaban porque el rival nos cerraba la salida por la izquierda y éramos incapaces de salir de esa trampa.
Otra orden que parecía clara anoche, y que chirriaba un poco por los efectivos del equipo era la de "no complicarse" en el caso de los centrales. Está claro que se prefiere la pérdida de balón al riesgo de fallar en la salida, por lo que en momentos de presión rival se lanza un balón largo. Esta estrategia puede ser muy efectiva en minimizar riesgos, y además funciona como recurso de ataque si se consigue sacar de esos balones imprecisos alguna jugada de ataque. Pero para eso hay que imponerse a los defensas. Me parece que con los Gaitán, Gameiro, Carrasco, Correa, esta decisión pierde el sentido ofensivo (Griezmann se adapta a todo). Desde mi -escaso- criterio futbolístico, o bien se apuesta por la continuidad de este tipo de salida (y entonces Torres tiene que ser titular para darle sentido a esas bolas) o bien se apuesta pases más cortos para que sean los atacantes los que asuman riesgos en la salida. Pero jugar a una cosa con los jugadores adecuados para la otra nos resta efectividad.