Ayer vimos a un Torres tan dominador, tan capaz de bajar balones llovidos y ganarle a los defensas por arriba, por abajo y en la lucha por la posición que tapaba nuestra propia fragilidad. El gol tonto y la mala noche de Moyá, afectado por el error, lo pusieron complicado de inicio. Pero daba la impresión que íbamos a ganar, y más después de la genialidad de gol que se marca el Niño. El fallo del penalti escuece (es un trauma colectivo) pero al fin y al cabo marcaríamos otro enseguida, o eso parecía...
Y en la segunda parte Fernando fue bajando el pistón (aún gana unas cuantas bolas complicadas), empezamos a hacer cambios, ellos se fueron animando y en dos minutos les dejamos hacer dos contras casi iguales. Imperdonable conceder la segunda después de librarnos en la primera. Muy pasivo Savic en esta última, por cierto. Luego vino el arreón, la furia y la victoria, fruto del caos tanto como de las ganas.
En resumen, un partido muy condicionado por las semis de copa, ambos equipos estaban cansados y algo descentrados. Nuestra sala de máquinas (Koke y Saúl) se notaba pesada, en tanto que Gabi destacaba por su frescura y visión (el pase con el exterior que le mete a Carrasco... visión y toque finísimos).
En el haber, los excelentes estados de forma de Lucas y Torre, también Gabi. El golpe en la mesa que supone remontar y la posible recuperación del Carrasco de la sonrisa y el atrevimiento.
En el debe, el mal partido como conjunto, muchísimas imprecisiones en el pase, y el cansancio de Griezmann (siempre suma, ayer un pase de medio gol a Carrasco y su propio gol, pero se le ve poco fino, no le salió una sola pared de las muchas que intentó). Y los penaltis, claro, que no solo no marcamos sino que nos dejan muy jodidos.