Yo el día del Bilbao me bajo también del carro del estadio ese. Y me queda mucho más cerca que el Calderón, pero es que no lo siento como mío. Todo lo que significa el cambio de estadio me da nauseas.
Edito para resaltar que lo vivido ayer en la primera media hora de partido fueron, según mi parecer, los momentos de animación y comunión equipo-afición más increibles que yo haya vivido en ese estadio, superando a esos Cuartos con el Farsa.
El final del partido quedará en la historia, con esa épica tormenta, el himno y el "Esto se siente, vikingos, esto se siente".
Y cómo no, de Dj a Dj, honor y gloria a la selección musical para la celebración cierva que nos hizo salir con una sonrisa en la boca. Me gustaría conocer al CRACK.