Es verdad dan vuergüenza propia y ajena los intentos de crear una nueva épica forzada en el fuelle de San Blas. Además esa mística impostada no es otra que la que nos han robado del Calderón, disfrazada con torpes brochazos para que no se note
Los chorizos peineteros son como uno de mi pueblo, que siempre que te desaparecía algo (una peonza, una canasta, una bicicleta), justamente se había comprado un objeto de similares características, pero recién pintadito de negro. Y cuidaíto con insinuar nada.