Yo ayer identifico varios problema, ya en frío, y por hablar de fútbol más allá del apoyo a los nuestros, que se lo merecen.
Ayer en el minuto 90 y pico a Koke le cae un balón llovido, le pega de volea y el balón sale en dirección contraria a la deseada, creo que sirve de resumen de algunas cosas. Al vallecano anoche no le salieron los pases, incluso los que domina como nadie. Se fajó como simpre, y es gran responsable de cómo cerramos el grifo de sus ocasione. Coincido con Espirituindio en que nunca nos han llegado tan poco, ha sido con mucha diferencia el mejor partido defensivo en el Cuern Nou de la era Simeone. Pero la salida de balón, tanto de Koke (especialmente, porque son sus pases los que lanzan contras, y ayer todas iban cortas, largas, o directamente al central) como de Saúl (al que le frenaron en varias de sus conducciones marca registrada, originando pérdidas muy peligrosas) fueron malas. Thomas sí supo hacerlo muy bien, alternando conducción y pases verticales. Solo tuvo dos errores que recuerde. Pues uno es la falta del gol, tócate los cojones, así es el fútbol. Errores más groseros de Godín o Koke no acabaron en gol, por eso es injusto culpar al que falla del acierto rival. Por eso para mi Thomas estuvo muy bien.
El segundo foco de problemas lo localizo en zona ofensiva. No llegamos a hacer una presión verdaderamente coordinada en todo el partido (hubo minutos en la segunda parte donde casi casi, pero desde luego, no fue el ejercicio de estilo que conocemos bien de las eliminatorias donde hemos tumbado a los farsantes). Esto no se puede personalizar en nadie (un tío solo en la resión no hace nada), pero se notó, y creo que es parte de lo que Giménez está señalando con sus declaraciones en las que habla de falta de intensidad en la primera parte. Todos los robos los hacíamos en nuestro propio campo, y no en el suyo, muy mal asunto porque tras pérdida ellos presionan como animales. Su presión nos metía por un embudo, la banda izquierda que buscábamos una y otra vez. El problema es que nunca salíamos de allí, en la banda moríamos. ya fuera porque no salía el pase (véase punto anterior), porque caíamos en fuera de juego (o nos lo pitaban sin serlo: es un error arbitral menor, pero con lo mal que estábamos en el pase nos hizo polvo) o porque no éramos capaces de eliminar rivales en conducción.
Y aquí va el tercer punto clave. La actuación de Griezmann, para mi incomprensible por su nivel y estado de forma. Volvimos a ver al Antoine que la devuelve a la primera (en condiciones que no ayudan, sino que suponen pasarle el marrón a otro), que solo da pases atrás (es decir que no asume riesgos) y que tampoco elimina rivales en conducción o regate (que es lo que puede resolver el problema de los pases, y que es exactament lo que hizo correa cada minuto que pasó en el campo: darle al equipo el aire que le hacía falta). Y si encima tampoco se vio al francés con la misma ebullición defensiva que otros días (sacó balones hasta del área, entiéndase: defendió como uno más, pero es que hay días en lo que defendía el que más), la imagen general es de apagamiento. Como sabemos que Griezmann está físicamente a tope y en estado de gracia, resulta incomprensible o sospechosamente comprensible su mala noche. para mi que su cabeza no acompaña a sus excepcionales virtudes para el fútbol, y ayer le pudo la presión.