Pues se
consiguió. Parecía muy complicado ganar y se ganó. Parecía imposible ganar por
más de 7 puntos y se ganó por 12. España hizo un partido GIGANTESCO, superó en
todas las fases de juego a Rumanía y fue justo (y claro) ganador del partido. Se
contuvieron mucho las indisciplinas (unas cuantas, inevitables, estuvieron a
punto de costar un ensayo de castigo en la primera parte). Rumanía, por el
contrario, cometió unas cuantas (al final, descompuestos, entraban en los rucks
de cualquier manera) y Brad Linklater las penalizó. No recuerdo que
se nos cayera ningún balón, varios a los rumanos. En delantera, donde más negra
pintaba la cosa, los Leones se batieron de tú a tú con
los rumanos (se ganaron todas las melés
a favor, la touche también estuvo
equilibrada, se paró a su magnífica tercera línea, nuestros mauls fueron mejores, …). Nuestra tres
cuartos tuvo momentos magníficos, con Guillaume
Rouet y Mathieu Bélie dando
ritmo y sentido a cada balón. Mención especial a cómo se defendió toda la
mañana, haciendo retroceder a los del Roble en cada placaje, con nuestros
centros, Daniel Snee y Fabien Perrin, a la cabeza. Un placaje del
mayor de los Rouet, poniendo a uno de sus segundas casi fuera del campo,
definió perfectamente la contundencia local ante la ¿perplejidad? visitante. Santiago Santos y su equipo cocinaron
muy bien el partido.
Comenzó
el partido con una España metiendo presión y ritmo en la veintidós rival. Una
amarilla a Tangimana Fonovai, por placaje alto, nos hizo
volar en estos inicios sobre su defensa. Beñat
Auzqui, ganada la superioridad ¡en
el ala!, y Sébastian Ascarat, tras gran ruptura de Charly Malié y fallo estrepitoso de su zaguero, pusieron el 10-0, tras errar
Linklater los dos intentos de conversión, muy esquinados. Muy poco después, Florin Vlaicu redujo distancias, transformando el único golpe de castigo
que lanzaron a palos (error en la toma de decisiones, que les costó, como poco,
perder por más de 7 tantos). Linklater, mediado el primer tiempo, devolvió los
10 puntos de ventaja. El resto de la primera parte fue un quiero y no puedo de
los rumanos, que se estrellaron mil veces contra nuestra defensa. Después de
hacernos vivir 10 minutos a 5 metros, se les terminó cayendo el balón,
devolviéndonos la respiración. Con 13-3 se llegó al descanso.
Rumanía
empezó a preocuparse en serio en los primeros minutos del segundo tiempo, pues
no conseguía imponerse en delantera y Linklater penalizaba con dos infracciones
sobre la hora de juego. La clave iba a estar en estos últimos 20 minutos, con
los cambios. Pero éstos mantuvieron el nivel y el partido fue transcurriendo
sin pasar excesivos apuros. A los 72 minutos, Linklater, ya estaba en modo martillo, transformó un golpe que nos
permitiría respirar en este último tramo. Con el partido ya decidido, los
rumanos consiguieron romper la defensa española, anotando su único ensayo, por
medio de Sione Fakaosilea. La conversión de Valentin
Calafeteanu puso el definitivo
22-10. Los 2 últimos minutos se jugaron en campo rival, que no logró salir del
mismo. Una última melé a favor, una
serie de picks and go, con nuestros gordos guardando la bola y la patada
final a banda de Sébastien Rouet, desencadenaron la locura entre
los casi 16.000 espectadores presentes (la mejor entrada de la Historia).
Los
Leones que nos emocionaron fueron: Beñat
Auzqui, Marco Pinto, Jesús Moreno; David Barrera, Kalo Kalo Gavidi; Pierre Barthère, Lucas Guillaume, Gautier Gibouin (C); Guillaume Rouet, Mathieu Bélie; Sébastien Ascarat, Daniel Snee, Fabien Perrin, Brad Linklater; Charly Malié. Suplentes: Fernando López, Juan Anaya, Xeron Civil; Aníbal Bonan; Thibaut Visensang; Sébastien Rouet; Ignacio Contardi, Bastien Fuster. Jaime Nava se cayó a última hora por lesión.
Así
queda la clasificación:
España: 21 puntos.
Rumania: 20 puntos.
Rusia: 15 puntos.
Alemania: 8 puntos.
Bélgica: 2 puntos.
Lo más
difícil ya está hecho, pero nos quedan dos finales (el próximo partido en
Georgia sólo computa para el torneo anual, no para la calificación
mundialista): Alemania y Bélgica. Hay que ganar sí o sí ambos partidos, uno de
ellos con el bonus ofensivo (tres ensayos más que el rival). Fácil no va a ser,
eso está claro; pero estamos ante una oportunidad única para el Rugby Español y
no la vamos a dejar escapar.
GRACIAS, LEONES.
Saludos
cordiales.
Algún día volverán las barbacoas en nombre de Dios; rezad lo que sepáis, porque yo seré el Inquisidor.