Después de ver varias veces el partido, la verdad es que no
sé cómo hacer el análisis, ya que todo viene condicionado por la nefasta
actuación arbitral. España no jugó bien, eso es obvio, pero es que en ningún
momento se pudo jugar ante las continuas interrupciones en el juego. Infinidad
de golpes de castigo fueron señalados, especialmente flagrantes los múltiples
retenidos sancionados (para el rival eran golpe, por no liberar al placado, por
jugar desde el suelo, …), que los belgas supieron aprovechar en las ocasiones
que buscaron palos. España, que empezó bien, se fue muy pronto del partido y no
supo, ni le dejaron, volver.
La primera parte fue un quiero y no puedo de los Leones ante
una Bélgica muy ordenada. El campo, pequeño, evitaba el juego abierto y
facilitaba el trabajo defensivo. Si se buscaba evitar cualquier tangana, a poco
del comienzo se fue todo al traste. Había muchas cuentas pendientes del año
pasado y ellos fueron más inteligentes. Golpe a golpe, Vincent Hart martilleó
nuestros palos hasta el descanso. Por el contrario, Brad Linklater falló dos
golpes que impidieron acercarnos. Con 12-0 se finalizaron estos primeros 40
minutos.
Si el arbitraje había sido algo riguroso con España, en la
reanudación pasó a una parcialidad descarada. Muy pronto Hart anotó un nuevo
golpe de castigo, y entonces nos fuimos con todo a por el partido (no quedaba
otra). Sébastien Ascarat debió anotar poco después un
ensayo, pero el árbitro sancionó no se sabe qué y nos devolvió a la ventaja que
estábamos jugando. Sobre la hora de juego, Gauthier
Gibouin anotó un ensayo tras un maul
tremendo, que debió suponer mayor castigo para los locales. La transformación
de Mathieu Peluchon puso el 15-7. Poco después, el mismo Peluchon convirtió un
golpe que nos dejaba a tiro de ensayo transformado. Una salida en estampida de Guillaume Rouet fue penalizada con un golpe de castigo (injusto) que,
transformado por Hart, cortó de raíz cualquier posibilidad de remontada. Con
18-10 terminó el partido y, de momento, nuestro Sueño.
Los jugadores que, con mayor o menor acierto, se dejaron el
alma por España fueron: Beñat Auzqui,
Marco Pinto, Jesús Moreno; David Barrera,
Kalo Kalo Gavidi; Pierre Barthère, Lucas Guillaume, Gautier
Gibouin (C); Guillaume Rouet, Mathieu Bélie; Sébastien Ascarat, Daniel Snee, Fabien Perrin, Bradley
Linklater y Charly Malié.
También jugaron: Fernando López, Quentin García, Alberto Blanco; Aníbal Bonan;
Thibaut Visensang; Sébastien Rouet; Ignacio Contardi y Mathieu
Peluchon.
En el mundo del arbitraje he visto de todo, en muchos
deportes. También en Rugby, ¡ojo! Pero la segunda parte de Bruselas pasará a
los anales de la Historia (negra). La parcialidad con la que actuó el árbitro
fue vergonzosa. El deleznable comportamiento de nuestros Leones al final del
encuentro tuvo un detonante clarísimo en el señor (con minúsculas) que debió
impartir justicia y no lo hizo. Nuestros jugadores deben ser castigados
duramente (lo siento y mucho), pero el árbitro no debe volver a pitar un
partido en toda su vida. Justicia sí, pero para todos.
Ahora nos viene una repesca eterna, en la que ni tenemos
ánimo, ni (casi) esperanza. A ver cómo levantamos lo uno y la otra, porque
posibilidades sí que habría, pero el abatimiento es absoluto.
Saludos cordiales.
GRACIAS, LEONES.
Algún día volverán las barbacoas en nombre de Dios; rezad lo que sepáis, porque yo seré el Inquisidor.