Pues vamos a hablar del jugador de moda:
parece que se confirma la genialidad de Simeone y la transformación de un medio trotón en un atacante absolutamente desequilibrante. El acierto del Cholo es tener la capacidad de ver que las características señeras de Marcos (fuerza física, buena punta de velocidad, determinación y bastante olfato de gol) podían ser aprovechadas en otra parte del campo. Correr como un loco de lado a lado lo hacía un mal mediocentro en nuestro sistema, que los prefiere posicionales, y su técnica no es tan buena como para darnos la salida que necesitamos. En banda, utiliza su velocidad para ganar ventaja, aguanta la entrada por fuerza, y luego aún le queda oxígeno en el cerebro para resolver con pase o tiro. Esa energía que antes malgastaba (en el medio, con una pared inutilizan esas carreras a la presión) ahora la vuelca en atacar una y otra vez, machacando a su par. Creo que Simeone ha sido muy listo al hacer inamovible esa sociedad en la banda derecha. El cambio radical tan rápido se explica porque han mecanizado una sola jugada: Trippier la toca suave al hueco y Llorente hace la diagonal hacia dentro (80% de las veces) o alguna vez hacia fuera por despistar. Se interna en el área, donde ya no pueden pararlo, excepto con penalti escandaloso (con contactos leves no lo tumbas). Y ya en ventaja, libertad para tirar o pasar, ambas cosas las hace bien, por lo que el portero está expuesto -varios goles los marca con pases a la red-. Para qué inventar variantes, si esa jugada es casi indefendible aunque la estén esperando. Además, al repetirla va desgastando a su par, al que suele superar en físico, por lo que repetirla la mejora. En el éxito de su juego tiene mucho que ver Trippier (ojo a lo poco que se valora la calidad de los balones que le pone el inglés, siempre medidos al espacio), y también ayuda mucho la movilidad de Correa y Joao, que impiden que puedan defenderle con ayudas -se arriesgan a dejar huecos por el centro-. Por último, sin un delantero centro que entre, se limitan mucho las opciones, porque solo le queda el tiro, así que la presencia de un delantero ayuda a la efectividad de la monojugada.
Llorente sigue siendo un jugador de técnica algo tosca (ves conducir o tocar a Carrasco, Lemar, y no digamos Joao, y no hay color), y físico y cabeza fuerte (esto es clave: el tipo se lo tiene absolutamente creído, en el mejor sentido). Y madridista, claro, yo particularmente no me olvido. Pero ahora mismo es el jugador que le aporta más velocidad a nuestro ataque, y la velocidad le sienta muy bien a un equipo al que a veces se le empasta la circulación. La prensa le hace la pelota desmedidamente -ya sabemos por qué- y el tío no le entra a ninguna provocación ante el micro. Es un mercenario cojonudo, porque encaja perfecto en la filosofía de Simeone. A falta de repudiar a su familia y pasado -que debería, eh-, poco más puede hacer por ahora.