Y voy a responderme a mi mismo (como hacen los influencer de por aquí) para comentar algo del partido del otro día. Cuando Joao Félix marca su primer gol con nuestra camiseta, de golpe se le puso una sonrisa de joven Kun Agüero que me pilló de sorpresa. Y en el juego las sensaciones recuerdan a las de aquel verano, ese llevarte las manos a la cabeza con lo que se está cociendo en ese jugador.
Otro detalle, su manejo del exterior para los pases. Lo hace perfecto y sin alardes, para ganar ventaja y porque lo domina con naturalidad. Todo lo contrario a los extremos saltimbanquis portugueses tipo Quaresma o el evasor fiscal/violador, que cada vez que tocan con el exterior llaman previamente a la prensa para dar el aviso de bomba. Lo mismo con otros gestos técnicos, a los que parece aficionado, pero que no resultan impostados, ya que los aprovecha el equipo, y no solo sus seguidores en redes sociales.
Si Diego Costa lo arropa y el Cholo lo conduce (y parece que algo de eso se vio la otra noche), puede ser algo tremendo. De momento ya ha hecho olvidar la doblez del comercial de champú anticaspa con la ilusión que genera.