En el fútbol español se ha impuesto la actitud cerdillista de caparrós. Dar cera, protestarlo todo y tirarse al suelo como si a uno lo hubiesen matado. Y parece ser que funciona porque cada vez más equipos se apuntan al carro, a ese asqueroso carro. Que digo yo que para un árbitro es difícil, pero si uno ve que un jugador se desploma, ya digo, como si lo hubieran matado, y al instante se levanta como si nada, va a ser que a lo mejor está haciendo cuento. Ese árbitro debería tomar nota y evitar esas actitudes, Pero no, encima las premia con un penalty inexistente.
¿Has leído el mensaje, lo que está escrito en la pared? Podría ser la respuesta, la respuesta a todo.