Doblemente jodido por su muerte, y por no poder despedirle como se merece. ¡Un abrazo a su familia, amigos y a todos los atléticos de bien!
'El primer día, Luis se presentó en el vestuario con una cartera en la mano. Nos sorprendió que nos hablara a todos de usted, a gente que como Adelardo había estado con él de jugador durante 13 temporadas, Gárate, nueve, yo ocho. Enseguida lo entendimos: "Hasta ahora he sido vuestro compañero, ahora soy vuestro jefe".'