Iñako se puede ir, directamente a tomar por cvlo, con su columnita de soplagaitas. La leyenda del pupas solo la alimentan los que la sacan a cada bache, esto es, los fuleros de la prensa. Y los supuestos atléticos que doblan el lomo ante la pasta, y se vuelvan tan fulero como el que más. Los jugadores del Atlético de Madrid están desesperados, partido tras partido los machacan con tarjetas absurdas por juego, y otras tantas aún peores por protestar. Están viendo que les roban lo que en el campo estaban ganando. Koke, que tiene la paciencia del santo Job, ya no puede más. Desde el palco se la suda todo mientras ganen pasta, así que no los van a defender. Y a la última resistencia, la afición, a la que no dejan ir al campo a animar, tampoco le dejan hablar del robo. Nooooo, eso es de llorones, mejor hablar del espíritu indomable del trampas (acabo de vomitar en el teclado recordando la columna del mismo interfecto). Si se pudiera ir al campo esta liga sería un poquito más sencilla. El que quiera autocrítica, que empiece por pensar qué mierdas aporta su comentario/columna. Lo peor de la historia dice el subnormal que es un mote. Lo peor de la historia del Atlético de Madrid, y toda su desgracia, se debe a vivir en la misma ciudad, y competirle, a la entidad deportiva más mafiosa del universo, que nunca descansa. Y que tiene sus mensajes y sus quintacolumnistas bien colocados en la aborregada afición rojiblanca. Han vuelto a inventarse una norma para jodernos, como la de expulsar en los vestuarios, como la del insulto que nadie pudo grabar. Es el mismo árbitro. Y que viva Saúl, vendemadres, su segunda parte fue simplemente buena, pero aquí hay que hacer autocrítica dando patadas en los huevos a un ciclista caído que compite contra motos y a quien meten palos entre los radios.