Increíble (y por tanto, obvio) que tocara sufrir después de darles un buen meneo a una Real que no sabía cómo frenarnos, y a la que entraba pánico cada vez que presionábamos arriba (y lo hicimos durante la mayor parte del partido, una paliza auténtica). Pese a todo, los comentamierdas de la tele se pasaban el rato elogiando a los blanquiazules, que se pudieron llevar 5 a nada que hubiésemos aprovechado la mitad de las ocasiones claras que generamos. Me encantó Saúl, al que creo que no se debió cambiar, se le veía muy fuerte, el más activo y acertado en la presión y un seguro por alto. Oblak en modo mejor del mundo. Faltó que Suárez tuviese su día, aunque la jugada del pase a Correa ya justifica con creces su alineación. En lo negativo, una semana más, la desconexión absoluta de Joao sin balón. Cierto que casi no la tocó en ataque, pero su manera de presionar, al trote cochinero, es absolutamente inservible y daña seriamente al equipo. Daba vergüenza ver a Koke, tras la paliza de siempre, correr a tope para complicar la vida al rival, y a veinte metros el portugués casi andando. Si va a salir en ese plan, mejor que no juegue, solo se devalúa y pierde estatus en la plantilla, porque no creo que pase desapercibido para sus compañeros. Buen trabajo le queda al Cholo con esa cabeza, porque es evidentemente algo mental.