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:Matheus Cunha, el delantero que no es goleador... pero dará juego bonito al Atlético Por Ulises Sánchez-Flor
25/08/2021 Simeone lleva todo el verano pidiendo un delantero, necesita un recambio para Luis Suárez y en la larga lista de peticiones estaban Griezmann, Vlahovic, Rafa Mir y Matheus Cunha. Las opciones para reforzar la plantilla se reducen al último futbolista. El brasileño Matheus Cunha ya es nuevo jugador del Atlético de Madrid. El club hace oficial su incorporación. El precio de compra oscila entre los 25 y 30 millones de euros. Es la cantidad que tendrá que desembolsar el club rojiblanco al Hertha de Berlín entre fijos y cantidades variables.
Matheus no es un goleador. No juega como delantero centro, con lo que no se le puede comparar con Luis Suárez. Es un segundo delantero, con unas características más parecidas a Joao Félix y Ángel Correa. El Cholo buscaba un jugador de área, pero no está siendo posible y el brasileño tiene cosas que gustan al entrenador. Es agresivo, explosivo, trabajador y vertical. Se trata de un futbolista divertido de ver por los gestos técnicos, su descaro y facilidad en la conducción del balón.
El aficionado puede entretenerse con este futbolista que hace cosas diferentes y tiene facilidad para encarar, desequilibrar en el uno contra uno y buscar los disparos de larga distancia. Es divertido y esto viene bien a un equipo que, tras el partido de la segunda jornada contra el Elche, volvió a etiquetarse su juego de aburrido. A Matheus no se le caen los goles. Pero tiene, con 22 años, margen de mejora y vocación ofensiva. Además de ser trabajador, aspecto que hay que valorar si quieres triunfar en el equipo de Simeone. Su fútbol enérgico y vertical da más opciones en el ataque rojiblanco. Agresivo y divertido
Matheus Cunha salió de Brasil con 18 años para jugar en la Liga suiza. Fichó por el Sion y su trayectoria siguió en el RB Leipzig y así hasta llegar al Hertha de Berlín. En las dos últimas temporadas en la Bundesliga ha marcado 13 goles en 39 partidos. No es goleador, queda claro, pero sí es peligroso por su juego directo y agresivo. En los Juegos Olímpicos de Tokio marcó 3 goles en cinco partidos y uno de ellos fue la final contra España.
El mercado de fichajes no está siendo sencillo para ningún club español que tiene que adecuar la bajada de los ingresos producidos por la pandemia con los controles financieros. El fichaje estrella del Atleti es el centrocampista argentino Rodrigo de Paul, pero Simeone quiere más y deja claro la necesidad de tener otro delantero. De momento, en los dos primeros partidos de Liga, ha contado con la efectividad de Ángel Correa. Para el Cholo es urgente reforzar el ataque.
Hubo un momento, en el mes de julio, que se abrió la vía del regreso de Griezmann. Pero fue imposible llegar a un acuerdo difícil, por la tasación de los jugadores en un intercambio en el que entraba Saúl. El Atleti manejó la opción de reforzarse con Rafa Mir, pero la oferta de 15 millones de euros no convenció al Wolverhampton. Era un buen recambio para Luis Suárez. Un jugador de área. Otra de las prioridades pasaba por conseguir el fichaje del serbio Dusan Vlahovic (21 años), pero el Atleti rompió la negociación cuando el presidente de la Fiorentina pidió 100 millones de euros.
La opción de Matheus Cunha se valora como la menos costosa y beneficiosa desde el punto de vista deportivo y económico por la edad del jugador y su potencial. Un brasileño que ocupa plaza de extracomunitario (tendrá que salir algún extranjero de la plantlla) y con el que subirá el nivel de fantasía y entretenimiento del equipo de Simeone.
El País:El Atlético ficha al brasileño Matheus Cunha, un delantero híbrido El joven internacional, oro en los Juegos de Tokio, en los que marcó en la final, destaca por su versatilidad en el ataque. Acaba de ser convocado con Tite para la Canarinha absoluta
LUIS MIGUEL HINOJAL Madrid El Atlético ha anunciado la contratación de Matheus Cunha, delantero brasileño de 22 años por el que pagará unos 30 millones de euros al Hertha de Berlín. Después de tantear las incorporaciones de Rafa Mir (Huesca), finalmente traspasado al Sevilla, y de Vlahovic (Fiorentina), el campeón de Liga se refuerza con el ariete que marcó para la Canarinha el primer gol de la final olímpica de los Juegos de Tokio a España (2-1). Días después todavía levitaba por los pasillos de su casa en Berlín con la medalla de oro en sus manos y una mirada de orgullo y asombro: “Dios mío, es real. Está aquí, conmigo. En ella puedo ver todos los obstáculos que superé”, decía. La canícula de agosto le ha seguido regalando emociones. El día 13 tenía los nervios grapados al estómago con la fuerza de una premonición. Se resistía a presenciar en directo por televisión la rueda de prensa en la que Tite, el seleccionador brasileño, hacía pública la lista de convocados para tres partidos de la absoluta en la fase de clasificación para el Mundial que Brasil disputará en septiembre ante Chile, Argentina y Perú. Al final, Matheus Cunha sucumbió a la tentación y escuchó su nombre.
Ya había sido requerido en 2020 para suplir una repentina baja de Gabriel Jesús, pero no llegó a debutar con la selección absoluta. Ahora tiene esperanzas fundadas de hacerlo, espoleado por los tres goles que consiguió en los Juegos y los argumentos de Tite para llamar a filas a seis de los medallistas olímpicos: “En seis meses los jóvenes pueden crecer de manera extraordinaria. Cunha ofrece muchas variantes en ataque. Es versátil. Un nueve híbrido”, explicó Tite. Su fichaje por el Atlético de Madrid culmina el mejor verano de su vida.
Nacido hace 22 años en João Pessoa, capital del estado nordestino de Paraíba donde comenzó a destacar en un club local de fútbol sala, con sólo 11 años se trasladó a 100 kilómetros de casa. Sus padres acordaron con él mandarlo a vivir con su abuela a Recife, capital del estado de Pernambuco, el punto más oriental del continente americano. Allí estaba el centro de entrenamiento Barao. Un original proyecto social y deportivo que formaba a niños con una metodología que integraba fútbol sala, fútbol 7 y fútbol 11. Matheus, un notable estudiante, estuvo allí tres años. A los 14 un empresario propuso a sus padres trasladarlo 3.000 kilómetros más al sur del país. El destino era el Coritiba, un club histórico con tradición de buen trabajo de base en el estado de Paraná.
Su padre, Carmelo, blanco y profesor de química, le inculcó la rígida aplicación en los estudios. Su madre, Luziana, negra y de origen humilde, le explicó el desafío al que se iba a enfrentar: “¿De verdad quieres ir? Muy bien, pero recuerda aceptarte a ti mismo y ser fuerte. Por allí algunos van a decir que eres negro y te llamarán Paraíba. Y lo eres”. Ese es un término a menudo utilizado de forma despectiva y racista con el que muchos brasileños, incluido el presidente Bolsonaro, apodan a los ciudadanos negros de todo el nordeste. En la cantera del Coritiba destacó enseguida y no sólo por el fútbol.
La psicopedagoga que coordinaba la formación académica de los chicos del club encargó a Cunha ayudar en las materias que más destacaba, matemáticas y física, a los alumnos con más dificultades. En un torneo juvenil en Dallas en 2017 los ojeadores del Sion se convencieron de apostar por él. Cunha enfocó su etapa en el fútbol suizo como un puente a cotas más altas. Se adaptó rápido, ayudado por su fluidez con los idiomas, y el puente fue corto. Tras marcar 10 goles en su primera temporada, el emergente Leipzig, club experto en potenciar futbolistas jóvenes, pagó 15 millones para llevárselo a la Bundesliga. En su primera campaña marcó seis tantos en la Europa League y en la liga no llegó a sumar mil minutos anotando dos goles. Pero uno de ellos, ante el Leverkusen, fue el gol del año en Alemania. Lanzado en velocidad punta, Cunha hizo una prodigiosa ruleta en el balcón del área superando al último defensor antes de batir al portero con una delicadísima vaselina. Las redes sociales del club se encargaron de difundir la hazaña: “Si Messi hace esto habría un documental de tres horas en Sky Sports”.
Pero en la campaña 19-20 Cunha entendió que necesitaba protagonismo y minutos, y eso era difícil compitiendo con los consagrados delanteros del equipo: Timo Werner, Patrick Schick y Poulsen. Sólo fue titular dos veces y sus relaciones con el club se tensaron. Presionó a los directivos del Leipzig para que le permitieran acudir con Brasil al Preolímpico sudamericano sub-23 que se disputaba en Colombia. Fue el goleador del torneo con cinco tantos, ratificando su pasaporte a Tokio.
Al regresar, en febrero de 2020 el Leipzig traspasaba a Cunha al Hertha por 18 millones. Nagelsmann, el sofisticado técnico del Leipzig, declaró que “básicamente es un buen jugador que tenía mucha competencia y poca paciencia para tratar de imponer su calidad”. Con el cuadro berlinés, equipo confuso y camaleónico, le dio tiempo a marcar nueve goles en 11 partidos y luego siete en la pasada temporada. Veloz, habilidoso, con movilidad permanente, agresivo en el cuerpo a cuerpo y avispado en la lectura del juego, sabe cuándo salir del área para combinar y cuándo buscar la portería. En el césped parece darle igual ser la principal referencia ofensiva que un complemento para otros delanteros. Su impaciente cabeza está llena de determinación desde que era un crío. Y ahora quiere prolongar su feliz verano.

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