Mira que estaba yo hoy optimista. Pero, lo siento Fran Omega, con este cluz no hay manera.
Estaba yo comiéndome tranquila y placenteramente un entrecocito, planchado con mimo, en honor de Sto. Tomás, cuando va Chema Candela, y en el parte de las dos de RNE, suelta que ha estado hablando con altas (léase bajas, bajísimas) instancias del cluz, que no puede desvelar, y que, según las mismas, Aguirre está finiquitado. Para el 30 de junio, claro, pero finiquitado.
Es más, que no puede decir el nombre, pero que ya hay conversaciones avanzadas para traer un entrenador de campanillas para el próximo proyeto.
Y todo ello antes de la comida de la conjura, en la que, tras los postres, mientras sirvan los hirvientes cafés bien cargados, ahuyentadores de somnolencias de sobremesa, irán derramándose sobre las cabezas de la plantilla las claras y bien hilvanadas palabras de ánimo, en forma de cerecinas y miguelinas.
Es que no hay manera, oye, de ser optimista. Ni seis horas me han dejado serlo.