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"Me siento más arropado que nunca"

Último artículo 12-02-2008 20:19 escrito por alber. 88 respuestas.
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  • 10-02-2008 9:56 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Si Santana es real, ¡entonces es racional!

    Ahora mismo voy a tirar la fenomenología del espíritu a la basura.

    Saludos colchoneros
  • 10-02-2008 10:07 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Dentro de cuatro horas te quiero racionalizado, y  en el justo medio. 

  • 10-02-2008 12:53 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Cléber tiene la calidad justitia para jugar en algún equipo de Segunda español. Lo que pasa es que la culpa no es de él, ni tan siquiera en este caso de Aguirre, sino del que lo fichó, es decir, el derribos. De lo que sí tiene la culpa Aguirre es del tema Riquelme, o de haber puesto más empeño en traer gente en el mercado de diciembre. 

    Conclusicón: muchos jugadores están fundidos, y así nos luce el pelo. 

  • 10-02-2008 13:08 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Ozemaria:

    Si Santana es real, ¡entonces es racional!

    Ahora mismo voy a tirar la fenomenología del espíritu a la basura.

    Todos los números racionales son reales, pero no todos los reales son racionales...también los hay irracionales, Cleber debe de ser de estos últimos.

    Edito: En este caso Hegel está equivocado y Pitágoras acertado
    ¡Aplasta Arteche!
  • 10-02-2008 13:27 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    "Cléber Santana y Fabiano Eller son realidades". 

    No, vamos a ver, la historia es así...

    Aguirre entra una mañana en el estadio, en el vestuario, y se encuentra a Fabiano Eller. No entiende nada, no sabe quién es ese tipo. Nunca lo ha visto, no conoce su nombre. De hecho, ni siquiera lo esperaba: tras las lesiones de varios volantes (Petrov, Galleti, Miguel), él pidió otro, pero aparece un central. Mira a los lados, pero todo el mundo se comporta como si ese tipo fuera real. Aguirre está a punto de tocarlo con sus dedos, para cerciorarse de si es un futbolista o una alucinación, pero el inquietante aspecto del individuo le echa atrás. Así que, consciente de que una negativa a la directiva le puede costar el puesto, y ante la duda de que se trate o no de un ectoplasma, opta por hacer como si todo fuera normal, y no dice nada. Incluso le alinea en ocasiones. Pero en el fondo de su ser, él no puede creer que ese jugador exista...

    Cuando ya ha conseguido superar ese shock, el año acaba y comienza una nueva temporada, la historia se repite: otro ser estrafalario, de origen desconocido y necesidad ninguna, asoma por los vestuarios, por las canchas de entrenamiento. Le llaman al pasar Cléber Santana. Cuando llega, habla con el otro ser en la misma lengua desconocida. Javier Aguirre piensa que eso ya lo ha vivido: pero mira a su alrededor, y ve que los demás se comportan con normalidad. Intenta tirar de la lengua a algunos de los presentes, y parece ser que han visto cosas incluso peores: le hablan de patos, de pollos... "¿Y qué hicieron con ellos? ¿Los sacrificaron?" "Bueno, ya no están entre nosotros." El mexicano mira a los dos extraños entes, y su aspecto le confirma en sus miedos: quizá el vudú tenga que ver con todo esto...

    Aguirre no puede más. Él ya ha visto demasiado en este club. Ha visto un portero con nombre de Pokemon, ha visto un 9 con mechas que probablemente fuera el tercer milagro de Fátima... Su mente se quiebra, y ríe (su risa constante no es de seguridad ni de simpatía: es la antesala de la locura), pierde el oremus, descuida los entrenamientos, las jugadas a balón parado, hace cosas raras con las alineaciones... En otro club, esa pérdida de cordura llamaría la atención, pero tiene suerte: está en el Atlético de Madrid. Tiene miedo a llegar a un nuevo entrenamiento por la mañana, y encontrarse otro ente: quién sabe... quizá el fantasma de un futbolista de tiempos remotos, con camisa de cuello acordonado, venda en la cabeza y balón con correa... quizá Bruce Willis...

    Este miedo se acentúa en el mercado de invierno (se acuerda de los fantasmas de Navidad de Dickens), y él ya no puede más. Además, se producen extraños acontecimientos en el campo... Cléber Santana mete goles en propia puerta... Eller se manifiesta en toda falta o penalti posible... Aguirre quiere hablar con Iker Jiménez, pero un error en la centralita de las oficinas del club le pasa la llamada al despacho de García Pitarch: que no está, pero el servicio de desvío de llamada le localiza en Valencia. Pitarch le sigue la corriente, le da la razón como a un loco, y nada más colgar llama a su jefe para pedir su destitución. Pero el jefe tiene un subidón de Sumial y no coordina, así que no pasa nada.

    Mientras tanto, Aguirre hace acopio de fuerzas y, antes de saltar al campo en un entrenamiento, se acerca a los dos entes que él cree preternaturales. Estos le miran inquietos (pero como el aspecto de ambos ya de por sí es inquietante, nadie lo nota). El mexicano acerca su mano temblorosa a ambos... ¡y los toca! ¡Los toca! ¡Son reales! Entre la opción de que ambos fueran futbolistas brasileños o seres fantasmales, y visto lo visto en el césped, Aguirre pensaba que la más realista era esta última. Pero no: son reales.

    Y con esa risa del que está privado del juicio, Aguirre sale a la grada y se encuentra con el periodista del Marca. "¡Son reales! ¡Cléber Santana y Fabiano Eller son realidades!" Y ríe... ríe...

    Pero el periodista del Marca no entiende el motivo. 

    Ya casi ni me queda coraje, ni me queda corazón.
  • 10-02-2008 15:04 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    PanaderoDíaz:

    "Cléber Santana y Fabiano Eller son realidades". 

    No, vamos a ver, la historia es así...

    Aguirre entra una mañana en el estadio, en el vestuario, y se encuentra a Fabiano Eller. No entiende nada, no sabe quién es ese tipo. Nunca lo ha visto, no conoce su nombre. De hecho, ni siquiera lo esperaba: tras las lesiones de varios volantes (Petrov, Galleti, Miguel), él pidió otro, pero aparece un central. Mira a los lados, pero todo el mundo se comporta como si ese tipo fuera real. Aguirre está a punto de tocarlo con sus dedos, para cerciorarse de si es un futbolista o una alucinación, pero el inquietante aspecto del individuo le echa atrás. Así que, consciente de que una negativa a la directiva le puede costar el puesto, y ante la duda de que se trate o no de un ectoplasma, opta por hacer como si todo fuera normal, y no dice nada. Incluso le alinea en ocasiones. Pero en el fondo de su ser, él no puede creer que ese jugador exista...

    Cuando ya ha conseguido superar ese shock, el año acaba y comienza una nueva temporada, la historia se repite: otro ser estrafalario, de origen desconocido y necesidad ninguna, asoma por los vestuarios, por las canchas de entrenamiento. Le llaman al pasar Cléber Santana. Cuando llega, habla con el otro ser en la misma lengua desconocida. Javier Aguirre piensa que eso ya lo ha vivido: pero mira a su alrededor, y ve que los demás se comportan con normalidad. Intenta tirar de la lengua a algunos de los presentes, y parece ser que han visto cosas incluso peores: le hablan de patos, de pollos... "¿Y qué hicieron con ellos? ¿Los sacrificaron?" "Bueno, ya no están entre nosotros." El mexicano mira a los dos extraños entes, y su aspecto le confirma en sus miedos: quizá el vudú tenga que ver con todo esto...

    Aguirre no puede más. Él ya ha visto demasiado en este club. Ha visto un portero con nombre de Pokemon, ha visto un 9 con mechas que probablemente fuera el tercer milagro de Fátima... Su mente se quiebra, y ríe (su risa constante no es de seguridad ni de simpatía: es la antesala de la locura), pierde el oremus, descuida los entrenamientos, las jugadas a balón parado, hace cosas raras con las alineaciones... En otro club, esa pérdida de cordura llamaría la atención, pero tiene suerte: está en el Atlético de Madrid. Tiene miedo a llegar a un nuevo entrenamiento por la mañana, y encontrarse otro ente: quién sabe... quizá el fantasma de un futbolista de tiempos remotos, con camisa de cuello acordonado, venda en la cabeza y balón con correa... quizá Bruce Willis...

    Este miedo se acentúa en el mercado de invierno (se acuerda de los fantasmas de Navidad de Dickens), y él ya no puede más. Además, se producen extraños acontecimientos en el campo... Cléber Santana mete goles en propia puerta... Eller se manifiesta en toda falta o penalti posible... Aguirre quiere hablar con Iker Jiménez, pero un error en la centralita de las oficinas del club le pasa la llamada al despacho de García Pitarch: que no está, pero el servicio de desvío de llamada le localiza en Valencia. Pitarch le sigue la corriente, le da la razón como a un loco, y nada más colgar llama a su jefe para pedir su destitución. Pero el jefe tiene un subidón de Sumial y no coordina, así que no pasa nada.

    Mientras tanto, Aguirre hace acopio de fuerzas y, antes de saltar al campo en un entrenamiento, se acerca a los dos entes que él cree preternaturales. Estos le miran inquietos (pero como el aspecto de ambos ya de por sí es inquietante, nadie lo nota). El mexicano acerca su mano temblorosa a ambos... ¡y los toca! ¡Los toca! ¡Son reales! Entre la opción de que ambos fueran futbolistas brasileños o seres fantasmales, y visto lo visto en el césped, Aguirre pensaba que la más realista era esta última. Pero no: son reales.

    Y con esa risa del que está privado del juicio, Aguirre sale a la grada y se encuentra con el periodista del Marca. "¡Son reales! ¡Cléber Santana y Fabiano Eller son realidades!" Y ríe... ríe...

    Pero el periodista del Marca no entiende el motivo. 

     

    juas juas, lo peor es que esa historia parece perfectamente verosimil en el Atleti de Gil.

    ¡Aplasta Arteche!
  • 10-02-2008 15:24 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    PanaderoDíaz:

    "Cléber Santana y Fabiano Eller son realidades". 

    No, vamos a ver, la historia es así...

    .................................................................

    ................................................................. 

    Y con esa risa del que está privado del juicio, Aguirre sale a la grada y se encuentra con el periodista del Marca. "¡Son reales! ¡Cléber Santana y Fabiano Eller son realidades!" Y ríe... ríe...

    Pero el periodista del Marca no entiende el motivo. 

     Real, real, como la vida misma.

    No debemos aceptar cómo normal lo que sólo es habitual.
  • 10-02-2008 23:56 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    me alegra leer que algunos os estáis cayendo del burro con el pseudoentrenador, al final uno a uno me daréis la razón...

    "Si se cree, y se trabaja, se puede". Palabra de Dios.

    Twitter: @14Tutto
  • 11-02-2008 0:34 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Criticar a Aguirre es una cosa (que no debe hacernos olvidar el mal global). Darte la razón, por contenidos, formas e insistencias, es otra cosa.
  • 11-02-2008 4:53 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Exiliado:
    Criticar a Aguirre es una cosa (que no debe hacernos olvidar el mal global). Darte la razón, por contenidos, formas e insistencias, es otra cosa.
     

    No habrías podido expresarlo mejor, pero sospecho que tu propósito didáctico será estéril. Ojalá me equivoque.

    Saludos. 

    Veritas Vincit.

  • 11-02-2008 13:18 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Me parece una entrevista de lo más normal, la de un tipo cerrando filas. Claro, también podría decir que Cleber y Eller son dos estafas, o que tiene la defensa más torpe con balón de la liga. Podría. O podría coger a Calam de la pechera, como hicieron Pastoriza (aunque aquel no se quejaba de los fichajes, sino de que le quisiesen hacer las alineaciones) o Luis (aunque aquel no se quejaba de los fichajes, sino de que le quisiesen largar con insultos). Podría haber hecho algo de eso, pero supongo que al final ha decidido hablar más para los tipos con los que ha de convivir a diario, y junto a quienes tiene que lograr los objetivos marcados, que para los cuatro hooligans que, de todas formas, hiciese lo que hiciese, le iban a sacar la pega.


    I just don't know what to do with myself
  • 11-02-2008 14:04 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    milinkito:

    me alegra leer que algunos os estáis cayendo del burro con el pseudoentrenador, al final uno a uno me daréis la razón...

    fíjate que yo pienso que tu insistencia y falta de tino son el mayor motivo que tenemos algunos para no criticar tanto a Aguirre

    Fum, fum, diddle-um di
  • 11-02-2008 14:26 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    MLPD:

    milinkito:

    me alegra leer que algunos os estáis cayendo del burro con el pseudoentrenador, al final uno a uno me daréis la razón...

    fíjate que yo pienso que tu insistencia y falta de tino son el mayor motivo que tenemos algunos para no criticar tanto a Aguirre

    Pues fíjate tú que cuanto más hablamos algunos de la falta de culpa de Aguirre en muchos aspectos, menos creo que nos entiende.

     

    Quesada siempre presente!!!
  • 11-02-2008 16:46 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Bacharach:

    Me parece una entrevista de lo más normal, la de un tipo cerrando filas. Claro, también podría decir que Cleber y Eller son dos estafas, o que tiene la defensa más torpe con balón de la liga. Podría. O podría coger a Calam de la pechera, como hicieron Pastoriza (aunque aquel no se quejaba de los fichajes, sino de que le quisiesen hacer las alineaciones) o Luis (aunque aquel no se quejaba de los fichajes, sino de que le quisiesen largar con insultos). Podría haber hecho algo de eso, pero supongo que al final ha decidido hablar más para los tipos con los que ha de convivir a diario, y junto a quienes tiene que lograr los objetivos marcados, que para los cuatro hooligans que, de todas formas, hiciese lo que hiciese, le iban a sacar la pega.

     

    Y estoy de acuerdo contigo. Lo que pasa es que eso de que Clebes Santana y Fabiano Eller son dos realidades no podía dejarlo pasar...

    Pero en efecto, no se puede esperar que un entrenador en activo tire piedras contra su propio tejado. 

    Ya casi ni me queda coraje, ni me queda corazón.
  • 11-02-2008 17:07 en respuesta a

    Re: "Me siento más arropado que nunca"

    Curiosamente fueron un entrenador semiretirado y otro que ya tiene todo hecho, el resto hace su trabajo y apechuga mientras no les culpen de los fiascos.

    Y después de ayer sigo pensando que Santana tiene margen de mejora.

    SALUDOS.

    Diles que se vayan
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