ESTE GOLAZO DE BALBUENA
El reloj empieza a recorrer el minuto treinta y cuatro de la primera final por la Copa Europea-Sudamericana. Tiro libre indirecto para Independiente. Nace el golazo de Balbuena. Toque corto y lateral hacia la derecha de Pavoni, para el arranque de Bertoni. Diez hombres del Atlético lo esperan en las puertas del área. Con la pelota al pie, Bertoni se decide por encarar. Adelardo, Heredia e Irureta lo enfrentan, se va entre Heredia e Irureta -que queda en el piso- con la pelota en la zurda. Por la izquierda ya picó Balbuena a espaldas de Capón, que se cerró sobre Bertoni. Y en ese hueco se mete el toque del once. Balbuena, a la carrera, domina con derecha y enfrenta el achique de Reina. Sobre el paso al frente del arquero que se inclina a cubrir el primer palo, Balbuena le pega el derechazo bajo, al medio del arco. La escena final: Adelardo, Heredia y Gárate intentan la última reacción. La pelote se acerca a la red. Ya es gol en la cara de Balbuena. Y en este delirio que se precipita escalones abajo...
La eterna polémica
¿LA GAMBETA DE BOCHINI O LA MARCA DE EUSEBIO?
El saldo de la primera final intercontinental se parece tanto como una pelota de fútbol a otra pelota de fútbol, al saldo que nos dejaron otras confrontaciones de equipos nuestros con representantes del fútbol europeo. Si hasta nos sentimos repitiendo las mismas frases hechas, los mismos estereotipados conceptos sobre nuestro manejo y el estado físico de ellos, sobre su tenacidad para la marca y nuestra impotencia para quebrar esa marca, sobre nuestra habilidad desperdiciada y el estilo rudimentario pero positivo de ellos... Podemos abrir el catálogo en cualquier página y saldrá la opinión, repetida hasta el cansancio, pero aplicable a este nuevo choque argentino-europeo.
Admitimos que en este caso la comparación entre escuelas, concepciones, tácticas y funcionamientos tiene puntos de apoyo auténticos. Porque el Atlético de Madrid es un definido exponente del fútbol español de la hora actual. Con sus virtudes y sus defectos. Y este Independiente del que no nos atrevemos a afirmar que sea el mejor cuadro argentino de hoy, es, sí, EL MÁS ARGENTINO DE LOS EQUIPOS ACTUALES, por suma de gambeteadores, y tocadores, por idisincrasia, estilo, temperamento y funcionamiento. Si hasta los "foráneos" -Pavoni, Percy Rojas- "hablan" en argentino con la pelota en los pies...
El módico 1 a 0 con que terminó la final de Avellaneda, la forma en que se desarrolló el juego, ese final inexpresivo de Independiente ante un rival de mucha tenacidad y disciplina táctica pero de muy pocas luces, el espectáculo chato y aburrido de 90 minutos con muy pocos matices realmente destacables, todo lo que dejó el encuentro de Avellaneda debe ser evaluado con serenidad, sin caer en ese extremismo a que somos tan afectos los argentinos.
El 1 a 0 se justifica plenamente. Porque Independiente hizo lo justo para ganar, pero no mereció ganar por más que ese solitario gol de Balbuena. Y se justifica porque la reacción final del Atlético no logró emparejar la mejor demostración de aptitud desplegada por Independiente al comienzo. Incluso se justifica porque el gol que definió la lucha tuvo sello de "made in Argentina", en el intento individual previo de Bertoni, jugándose en la perforación de una pared de defensores españoles, y en el remate final de Mencho, colocándola por debajo de la salida del arquero. También se justifica porque a los rojos les costó muchísimo superar la marca apretada, pegajosa, fastidiada, de los visitantes. Y sólo consiguió sortearla en contadísimas oportunidades. De todos modos, como la creación debe tener normalmente su premio en fútbol y la única cuota de creación fue aportada por Independiente, no queda duda ninguna sobre la superioridad del campeón de América en este primera final.
Sin embargo, no sería lógico ni inteligente subestimar al Atlético. Sabemos que allá va a ser distinto. Que los españoles necesitarán salir a buscar un resultado, que no jugarán tan cerrados defensivamente. Y no sabemos si su manejo de la iniciativa será tan eficiente como su manejo de la destrucción, claramente evidenciada en Avellaneda. Nos imaginamos que Eusebio seguirá pegado a Bochini, echándole el aliento en la nuca durante los 90 minutos. Y que Capón perseguirá por toda la cancha a Balbuena, como el paraguayo Benegas al peruano Rojas, o Melo a Bertoni. Y que Cacho Heredia seguirá siendo el "hombre-escoba", con mayor tendencia al desenganche ofensivo tipo Beckenbauer, pero sin descuidar su misión defensiva. Lo que será distinto, indudablemente, es el rol que cumplirán ambos equipos. Allá Atlético necesitará ser el dominador de la lucha. Independiente será el que espere, con su habitual defensa en zona, apoyado en el empleo de la regla del off-side. Aunque sin abusar de ella porque el desenganche de Heredia desde el fondo o de algún volante que salga desde atrás puede tomar sin recuperación al adelantamiento en masa que acaudilla Miguel Ángel López.
Justamente el Zurdo López, tan inteligente razonando durante el juego como opinando después de las duchas, nos define lo que pasó en Avellaneda y lo que puede pasar en Madrid: "De afuera nosotros lucimos por nuestra mejor técnica. Pero ahí adentro ellos nos superan por mejor ritmo físico. Van siempre al anticipo y se recuperan, del primero al último minuto. Aquí también nos enciman la marca, pero llega un momento en que el defensor argentino afloja. En cambio, los europeos no aflojan nunca. Y eso pasó esta noche y va a pasar allá y pasará siempre que nos enfrentemos a este tipo de fútbol. Que visto desde afuera no gusta, pero ahí adentro es muy duro y muy difícil. Si queremos ir al juego de ellos nos pasan por encima. Con el juego nuestro, no digo que seremos superiores, pero estamos ahí. Y podemos ganarles, como les ganamos esta noche. Pero a no confundirse ni creer que porque son rústicos con la pelota no saben lo que deben hacer dentro de la cancha. Lo saben muy bien. No sólo defendiendo, sino atacando. Esa jugada del primer tiempo, cuando se perdió el gol Ayala, no tuvo ninguna sutileza, pero fue clara y muy bien hecha..."
Bochini reconoce que Eusebio lo marcó con acierto y con nobleza. "No me dejó libre un momento. Y eso que intenté desmarcarme, irme atrás, a los costados. Me siguió siempre, como un policia. Alguna vez me hizo foul cuando yo me iba, pero no fue sucio ni me provocó de palabra. Al contrario, varias veces me elogió cuando hacía alguna jugada buena. Ahora pienso que cuando me tiró atrás o a los costados, cuando prácticamente me borró del ataque, otro tendría que jugar "de Bochini", pra que no se les simplifique tanto el trabajo defensivo... No me hago ilusiones de tener más libertad en el partido de Madrid, aunque estoy seguro de que el juego se va a plantear distinto. Ellos necesitarán salir más y eso nos va a dar más campo para el contraataque. Algo parecido a la final contra la Juventus..."
El saldo de Avellaneda replantea nuestras dudas sobre las dificultades que acechan al jugador argentino cuando debe superar la marca cerrada, hombre a hombre y en toda la cancha, que suelen imponernos los equipos europeos. Al mismo tiempo reafirma nuestra convicción de que no podemos dividir la pelota con esos adversarios, poque estamos expuestos a perder inexorablemente. Toda cesión de más de 20 metros de trayectoria intentada por jugadores de Independiente fue cortada por el implacable anticipo del Atlético Madrid. En cambio, mientras Bochini, Bertoni, Pichón Rodríguez, Percy Rojas o Balbuena pudieron imponer su gambeta y su toque cortito al pie, Independiente manejó el partido. De las dos maneras, Atlético consiguió dividir la posesión de la pelota. Pero en un caso, el del pelotazo frontal, se la regalaba Independiente. En el otro, la gambeta y la pared, debía esforzarse y desgastarse. Y la cuenta es fácil: de veinte pelotazos que tiren los rojos, los españoles interceptarán los veinte, de veinte gambetas que intenten Bochini y compañía, Eusebio y los suyos quitarán dieciocho. Dos que pasen, como la que buscó Bertoni y culminó Mencho Balbuena, pueden ser gol.
Una última reflexión sobre lo visto en la primera final y lo que puede pasar en Madrid. Independiente no puede regalarse en el desorden que impone el juego vibrante pero tumultuoso de Rubén Galván ni debe confirmar en el banco como recurso de emergencia el despliegue inteligente de un hombre como Semenewicz, siempre listo para proteger compañeros en la defensa y desahogar compañeros en la salida y en la proyección.
JUVENAL
SINTESIS
Independiente 1 (34' Balbuena) Atlético Madrid 0
Primer partido de la 15ª Copa "Europea-Sudamericana" (Intercontinental).
Se jugó en el estadio de Independiente, en Avellaneda el miércoles 12 de marzo de 1974. Nocturno. Se televisó en directo por Canal 7 de Buenos Aires.
Juez: Charles G R Corver (Holanda). Jueces de línea: Karoly Palotai (Hungría) y Ricardo Lattanzi (Italia)
INDEPENDIENTE: José Alberto Pérez; Commisso, Miguel Ángel López, Sá, Ricardo Elbio Pavoni; Aldo Fernando Rodríguez (57' Semenewicz), Rubén Galván, Bochini; Balbuena, Percy Rojas, Bertoni (83' Giribet)
DT: Roberto Óscar Ferreiro
ATLÉTICO MADRID: Reina; Ramón Armando Heredia (líbero); Melo, Benegas, Capón; Adelardo, Eusebio, Irureta, Alberto (45' Bezerra); Gárate, Rubén Hugo Ayala
DT: Luis Aragonés Suárez.