Van Basten:
Que alguien hiciera algo bien, o muy bien en su día, no le capacita para ser recordado únicamente por eso, si después tiene cagadas graves, com las que tuvo Antic, creo que es indudable que lo hizo muy bien en el doblete y que después la cagó, que le salió muy bien lo de Pantic, pero luego se equivocó en muchas ocasiones, aciertos y fracasos........no creo que sea para endiosarle como el mejor entrenador del mundo o con ¡Qué suerte tuvimos al encontrarlo!, igual fue al revés y la suerte fue suya, porque de lo contrario se le podría recordar com un entrenador que ha bajado 3-4 veces a segunda.
Yo no quiero crear polémica, pero si se hubiera sido el Atlético de siempre, es decir se hubieran ganado cosas cada año o dos años, no se tendría el recuerdo tan alto de este entrenador, el problema es que la nostalgia de títulos nos hace endiosar a un tío que tuvo lo que tuvo, aciertos y fracasos.
Saludos.
La verdad, Van Basten, es que Radomir Antic está, y merece estar, en lo más alto de nuestra Historia; y su nombre escrito con las letras de oro más brillantes. No del Atleti-post ocupación ilegal; sino del Atlético de Madrid de todos los tiempos, del nuestro.
Luis Aragonés es incomparable en todo. Porque sí, porque es nuestro, porque nos ha dirigido en cinco etapas diferentes, y porque ha ganado más que nadie. Hay una dimensión que es sólo para él.
Sin embargo, justo en el escalón siguiente, está Radomir Antic. Su Liga y su Copa sólo las igualan Max Merkel, Helenio Herrera, Ricardo Zamora y, si se quiere, José de Vilallonga, que no ganó ninguna Liga pero, a cambio, ganó la Recopa y aquellas legendarias dos Copas.
Las comparaciones de la dinámica de "aquél" Atleti, con el del Atleti que cogió Antic; creo que son bastante injustas pero, caso de hacerse, evidentemente benefician al serbio; porque no es lo mismo hacerse cargo de un equipo lleno de figuras, de jugadores implicadísimos, ganadores y con más huevos que el caballo de Espartero; que recoger con una cucharilla a los restos de un equipo que llevaba dos años coqueteando con la Promoción de Descenso, reforzado con una serie de fichajes que, durante algo menos de un mes (no tardaron mucho en cortar las risas de cuajo), fueron el descojone del fútbol español y, si somos sólo un poco sinceros, el motivo de nuestra más honda preocupación: dos "cracks" de un Albacete que acababa de descender, y encima uno de ellos el portero que acababa de encajar trece goles en los dos partidos que llevaron a su equipo a Segunda, un jugador treintañero en clara cuesta abajo y, además, recién salido de una enfermedad gravísima, tres juveniles desconocidos y, de postre, un serbio de treinta y pico años, procedente de un equipo griego de tercera fila, que se apellidaba casi como el entrenador. Creo que el FF (brillante invento de Pereira) llegó a llamarle "el inventito del entrenador".
Me juego un huevo y la yema del otro, a que el 99'99% de los foreros que escribimos, de haber podido escribir/desahogarnos por aquí, hubiésemos colocado a aquél equipo en Segunda directamente, sin pasar por promoción.
La temporada posterior al Doblete también fue una gozada y, en cuanto a la tercera; probablemente fue un fracaso como escribís; pero tampoco se me olvida la imagen de aquél equipo, supuestamente contrario a Radomir, dando una especie de exhibición de despedida frente al Barça en aquél espléndido 5-2, gol inolvidable de Cami, mientras su sucesor, Sacchi, contemplaba el espectáculo desde el palco.
Más que culpa de Antic, el problema de aquél Atleti fue que nuestra actual pesadilla, alias Calam, metió baza por primera vez, se sintió italiano y musical, y se encargó de cargarse una plantilla de ensueño (aún me empalmo futbolísticamente, recordando aquél verano de Juninho, Vieri, Lardín, José Mari, etc ...) con el sistema gillette: la primera hoja (Sacchi) corta, la segunda (Ranieri) apura.
Es cierto que Radomir sólo pudo salvar parcialmente la papeleta un año, y se equivocó de lado a lado aceptando volver el segundo; pero hay que recordar que jugamos dos Finales de Copa. Incluso entonces. Incluso en esas condiciones.
Luego es un tío chulo, soberbio, con tendencia a capitalizar los éxitos, seguramente insoportable en el trato continuado y, desde luego, se equivocó miles de veces.
Pero es un entrenador mítico en la Historia del Atlético de Madrid. Nos guste o no.
(...) Nosotros, que somos de Gárate, despreciamos el modelo actual de sociedad anónima deportiva basado única y exclusivamente en criterios mercantiles y cortoplacistas, en sacar el máximo rendimiento de lo que se tiene aunque esto se haga en claro menoscabo de la identidad del club, y de la afición, y del proyecto deportivo (...) "Nosotros, que somos de Gárate" - Carlos Fuentes - El Rojo y el Blanco