Pues si Agüero estuviera en un club normal respondería: "Voy a ser campeón con el Atleti". Y su suegro a lo mejor le diría: "No te preocupés, pibe, yo hise grande al Nápoles, que no era nada, y el Atleti tiene más que el Nápoles".
Pero como Agüero está donde está... Es decir, los enemigos no son los ideólogos vikingos sino Gil Marín y Cerezo.