Creo que se necesita darlo. Y no se me ocurre otra forma más efectiva y válida que la recolección de firmas. Sobre una cuartilla clara y concisa, sobre la que el aficionado se pronuncie contra esta directiva. Y lo avale con su rúbrica.
La maquinaria está en marcha. Y jodería no haberle dado toda la gasolina de que humildemente disponemos.
Una declaración de intenciones, a modo de ejemplo:
¿QUIÉN?
La
familia Gil. Con el padre como precursor y diseñador del plan “robemos
un Club”. Proyectada a través de su hijo Miguel Angel como cabeza
visible/invisible, y todos los acólitos hermanos o cooperadores
necesarios. La falta de información llegada al aficionado respecto a
los probados hechos en el modo en que se llevó a cabo el paso de Club a
SAD, jugó en su día (y aún hoy) un papel primordial en el proceso.
¿POR QUÉ?
Porque
“cualesquiera que sean los resultados deportivos que se produzcan”, no
nos desviarán de señalar a los culpables de la situación de estafa y
denigración del Club Atlético de Madrid. La razón fundamental de la
protesta, no es que ganemos un partido o lo perdamos, ni que llevemos
pasemos por la peor racha deportiva de la historia. Esos, son daños
colaterales que abundan más en la herida, sobre la base de que unos
ladrones no deben ni pueden gestionar con garantías los designios de la
masa social atlética.
¿CUÁNDO?
Cualquier
espacio de tiempo en que se designe, es bueno para mostrar el
descontento o la rabia. Hasta ahora, solo son alumbrados por internet o
asociaciones minoritarias. A través de esos canales, actualmente tan
poco representativos como voz de la afición, se decide el día, y el ¿DÓNDE?.
En espera de mayores representaciones tanto de cantidad como de
sociedades con solvencia tanto económica como mediática, es la carta a
jugar.
¿CÓMO?
De una manera pacífica siempre. Cualquier atisbo de violencia física o verbal, amén de
calificarse como reprobable, sería contraproducente para la difusión al
resto de la afición de las ideas, valores y críticas acuñadas. Ni un
gramo de carnaza, sino se pasa por el debate de las razones. Y razón,
la hay. A leches, puede hasta perderse. El cristianismo, no comenzó
expandiéndose a hostias. Aunque luego las dieran a mansalva. Eran los
ahostiados.
¿DURANTE?
El
tiempo en que la justicia, la respuesta del aficionado o cualquier otra
causa propia y/o externa, provoque la salida del Club de la directiva
que de manera tan PRESCRITA como INMORAL, se hizo con él. No es un
juego. Ni una partida de plaisteision. No vale apuntarse porque está de
moda, o por pasar el rato. Se requiere CONVENCIDOS que CONVENZAN a sus
próximos o lejanos. Con carácter urgente. Casi dramático. Pues, cuanto
más tiempo tiene tu billetera el carterista, más posibilidades tiene de
dejarla seca.
¿CUÁNTOS?
(...).
La calidad, basta y sobra para que viva dentro de un Leonidas pero,
¿bastaría para salvar a toda Grecia?. ¿Qué se estaría dispuesto a
sacrificar en aras de la cantidad?. ¿Es posible la práctica, o nos
queda morir de teoría?.
Viejas preguntas, sin nuevas respuestas.
Sin un Lenin, ni un Hitler, las ideologías no habrían salido de las tascas rusas y alemanas.
¿FINALIDAD?
Que
se reconsidere la situación peculiar del Atlético de Madrid en su
conversión a SAD. Se tenga en cuenta lo dictaminado por el Tribunal
Supremo al respecto, y de cómo una tara procesal llamada
“prescripción”, no puede en ningún modo servir de excusa ni hacerse
valer sobre el delito de SECUESTRO de un Club de Fútbol. Con todo el
componente sentimental, tradicional y patrimonial que representa.
Esto
es, pelear por volver al status de Club del que nos sacaron
fraudulentamente. Volver a dar la oportunidad a la masa social de que
pueda hacerse cargo de las acciones ROBADAS, puesto que en su día el
engaño, la manipulación y el choriceo marcaron decisivamente (TS dixit)
el paso a Sociedad Anónima Deportiva.
¿Cuántos atléticos estamparían una firma sobre esta u otra declaración de intenciones?.