Ismael Falcón cierra su
época como rojiblanco sin hacer ruido y con la sensación de haber
cumplido en las escasas oportunidades que tuvo
Los foros de Internet son
una inmejorable herramienta para palpar el sentimiento de la afición
colchonera. Dirigentes o jugadores han transitado alguna vez por unas
páginas que ofrecen una perspectiva inmejorable de cómo respira la
grada. Y más de uno se ha sorprendido del apoyo que en ellos se brinda
a un futbolista que ha trabajado en la sombra, que apenas ha jugado
cinco partidos de Liga y alguno más en Copa del Rey en los últimos
cuatro años. Y que, aún así, caló. Se trata de Ismael Falcón, uno de
los futbolistas que más muestras de cariño recibió en el último
entrenamiento de la temporada el pasado miércoles. Pese a que el club
tanteó si era posible su continuidad, el gaditano ha decidido poner fin
a cuatro temporadas en el Calderón y buscar nuevos retos profesionales.
Quiere minutos para demostrar lo que apuntó tres campañas atrás a las
órdenes de Bianchi o lo que ha dejado ver esta temporada en la Copa del
Rey. "Han pasado cuatro años y parece que fue ayer mi primer día en el
Atlético. Recuerdo nítidamente el momento en el que llegué", asegura
Falcón mientras trata de evitar que se asome alguna lágrima. "Dejo a
muchos amigos y eso entristece. Tengo mucho que agradecer al club y a
una afición que siempre me ha respetado".
A finales de 2005,
un sinfín de lesiones en la portería colchonera condujeron a este
gaditano de la meta del filial al arco del primer equipo. En ese
momento empezó su idilio con la hinchada. "Todo el mundo me dice que la
afición habla muy bien de mí en los foros. Creo que siempre que me han
dado oportunidades las he aprovechado. Cada noche que me acuesto mi
conciencia está tranquila. Puedo dormir sabiendo que he hecho los
deberes", admite un futbolista que nunca olvidará su difícil estreno en
la máxima categoría en aquel famoso partido en San Mamés en el que la
parroquia rival trató de atemorizarle con un ambiente hostil y el
famoso petardo. "Me quedo con mi debut en San Mamés. Fue un premio para
mi y toda mi familia después de tantos años peleando. La paciencia me
hizo llegar a aquel partido y eso lo voy a llevar siempre en mi
memoria". Después, varios partidos de Liga en los que respondió, una
cesión al Hércules y regreso como tercer portero al Atlético. Esta
campaña ha jugado los seis partidos de Copa y no ha debutado en Liga:
en la última jornada, Aguirre lo dejó sin convocar. "Creo que llegué
aquí por la puerta de atrás y me voy por esa misma puerta", asegura.
"Siempre que me han dado la oportunidad de jugar, he cumplido. He hecho
lo que me han pedido. Haber disfrutado de continuidad ya no dependía de
mí, sino del entrenador. Mi lema era humildad, trabajo y sacrificio y
con eso he llegado a dónde he llegado con el Atlético, con la
clasificación para la Champions".
Una Champions que él no
podrá disfrutar. Necesita minutos y eso le ha empujado a tomar una
decisión que no fue sencilla de tomar. "El Atlético me propuso
quedarme, pero no quiero permanecer otro año más como éste, jugando los
partidos de Copa, y si lo hago. Es muy duro venir a entrenar de lunes a
sábado y estar el domingo en la grada. He entrenado como el que más
para tener una oportunidad y han acabado haciéndose largos estos diez
meses de competición", confiesa.
Su próximo objetivo es
poder volver a disfrutar de su afición, aunque en ese reencuentro
tendrá que ir en contra los intereses de un equipo que ya es el suyo.
"Espero que la afición me recuerde bien. Me haría mucha ilusión jugar
en el Calderón".
Reto conseguido: vestir el '1' en el Calderón
Cuando llegó al filial atlético, Falcón se marcó un reto. Su sueño era
jugar con el primer equipo y defender el dorsal número '1' en la
portería del Vicente Calderón. Esta temporada lo consiguió. Leo Franco
se mantuvo fiel a su '25', mientras que Abbiati declinó llevar el '1'.
Falcón aceptó el reto y pudo vestirlo durante tres partidos de Copa en
el estadio del Manzanares. Una satisfacción personal. "Me voy con el
gusto de haber sostenido ese '1' a la espalda en el Calderón. Lo han
llevado grandes porteros y lo cierto es que pesa", asegura satisfecho
el ya ex portero rojiblanco
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