El “pellizco” en el cante jondo es el instante que el cantaor, revestido de un duende especial, transmite un sentimiento único a sus oyentes, solo es comprensible si lo habéis vivido en directo, al flamenco no le gustan las latas, por esto el cante es excelso, de igual manera existe el pellizco en futbol, jugadores sin par, que realizan toques brillantes, que al verlos, como en el cante solo para catadores, sientes el duende.
Habiendo muchos, me ceñiré a los dos ultimos que he tenido el honor de ver, el primero tan sutil que casi pasa desapercibido, pues fue sin tocar el balón, Kun se lanza, con ese correr que recuerda al perdigón en la era, hacia el hueco entre los dos centrales, solo son decimas de segundo, el central derecho duda, y como el rayo Forlan se lanza a la izquierda, cuando el central intenta tapar, la pierna del delantero, como un chispazo, ya golpeo el cuero, y ese Kun , (Hijo del Fútbol), alza los brazos, en su interior sabe que ese gol, segundo contra los alemanes, le sabe a padre.
Y que decir, como relatar el “pellizco” que con su pierna izquierda, canta al parar ese melón y dejarlo orientado para el remate, ese Kun, (Hijo de Futbol), hizo arte de la geometria espacial, el buen catador retiene en sus pupilas esas fracciones de segundo, por la que seguimos amando este juego.
Gracias Kun, Hijo de la Cancha y el Balón.