Pablo García, con el ligamento dañado, estará dos meses de baja

JULIÁN ÁVILA

MADRID. Ismael Urzaiz ingresó el sábado en el club de los tunantes. La fea entrada por la espalda a Pablo García a la altura de la corva le convierte en otro proscrito del «fair play» porque el centrocampista del Madrid puede perderse lo que resta de temporada. El primer diagnóstico de los doctores desvela que el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda está casi roto y que, en el mejor de los casos, estará de baja entre seis y ocho semanas. Eso siempre y cuando no tenga afectado el menisco u otros músculos.

El jugador no acudió a la sesión de entrenamiento de ayer y permaneció en su domicilio porque la zona dañada presentaba una ligera inflamación. Hoy acudirá a la Clínica Ruber Internacional para conocer el alcance exacto de la lesión.

Patada para hacer daño

El uruguayo, muy criticado por periodistas, aficionados y rivales en el fútbol español por su perfil canchero (duro, agresivo y marrullero), se lame las heridas de los tacos de Urzaiz. El mundo del fútbol al revés. En el viaje de regreso a Madrid no quiso cargar contra el delantero del Athletic, pero estaba muy enojado. Comentó en «petit comité» con otros compañeros que Urzaiz no quiso lesionarle, pero que su acción tenía como fin hacer daño. Y lo consiguió. Tampoco el delantero ha dicho esta boca es mía. Se ha escondido bajo el agua y no se ha disculpado públicamente.

No fue la única secuela del encuentro de San Mamés. Guti regresó con un tobillo dañado en una acción fortuita y con un fuerte golpe en el cuádriceps por una patada de Lacruz. No preocupa en exceso y estará mañana ante el Zaragoza. También Ronaldo está dañado. Sufre una tendinitis en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda, aunque su estado no preocupa en demasía.

La buena noticia para los madridistas es que David Beckham trabajó ayer con normalidad, una vez superadas las molestias que arrastraba en la espalda y jugará mañana ante el Zaragoza el partido de vuelta de la Copa del Rey. Cita que ha sido catalogada por el club y por el vestuario como la de la remontada. Robinho se encargó de echar más combustible a la idea que comienza a calar en el madridismo. «Es difícil y complicado, pero no es imposible. Puede convertirse en uno de los partidos más memorables de la historia, pero para ello tenemos que pelear mucho. La afición nos ayudará y será el jugador número doce», señaló el brasileño.

Es tal el despliegue psicológico que hasta Raúl podría apuntarse a la convocatoria e incluso puede que dispute algunos minutos, aunque su primer objetivo era volver para jugar la Liga de Campeones. Hoy lo decidirá en una cumbre en Valdebebas y, si se entrena como lo hizo ayer, lo más probable es que el «siete» juegue la Copa ante el Zaragoza.