Para mí ya no es un tema de vikingos ni de secuestros, ni de nada. A mí el Aleti me pone el corazón a 100 cuando nos jugamos algo, pero no sólo durante el partido, sino horas e incluso días antes, si es muy gordo, y con una pachanga más o menos lo vivo y me interesa, y la selección no altera mis pulsaciones lo más mínimo cuando nos jugamos algo y cuando no nos jugamos nada las ralentiza, me aburre y estoy deseando que los fuleros y demás ralea la caguen. Que le voy a hacer, es lo que me dicta el corazón.
En cambio me pongo a ver a la selección de Basket, la de balonmano o casi la que sea, hasta con el esgrima en los Juegos Olímpicos, menos la de fútbol, y el corazón se me acelera, no tanto como con el Aleti, pero en la final del mundial de Basket de hace años, casi. España gana el Mundial y veo a miles de españoles en la calle, y yo, de natural bullanguero, no tengo ni un ápice de interés en salir a celebrarlo porque no me identifico, y en cambio Gales hace un ensayo en el último momento en Inglaterra y brinco como un loco, lo mismo que saltaré si, sea quien sea y venga del equipo que venga, en el último segundo metemos un triple que nos de el oro olímpico en basket. Así funciona el corazón de cada uno y los sentimientos no se pueden canalizar. A mí la selección española de fútbol me deja más frío que un pingüino y una niña española ganando un bronce en sincronizada o una pareja de la que no he oido hablar en mi vida accediendo a una final de Voley Playa Olimpico me dan el subidón. No veo el problema. El problema lo tienen los que han conseguido que con sus mierdas la selección española de fútbol nos haga sentir eso a algunos.
Que le voy a hacer, pero es así. Por lo tanto no creo que tenga ningún problema con mi españolidad, que por otro lado es muy sana y nada excluyente, aunque disfruto como un enano cuando machacamos a un francés, un inglés o un italiano, ni ningún problema con el mundo del deporte, es que con la selección de fútbol han conseguido que me pase como con el Trampas y el Bar$a, que su jueguecitos y sus tejemanejes me la sudan y lo único que me crean es repulsión.