Impecable, el diagnóstico del Dr. Burt.
Consecuencias del mismo:
- Contra los peques, lo normal es que les zurremos, porque no tienen pólvora ni calidad. Claro, salvo que nos pasemos en el bostezo y nos hagan la putada de marcar por casualidad o error al final, sin tiempo para la reacción.
- Contra los grandullones, que sí tienen pólvora y calidad, lo normal es que nos casquen la mayor parte de las veces.
Pero lo peor son esos sesteos que se suele dar el equipo hasta que se pone la cosa fea. El otro día, en Montjuic, meternos el 1-1 y borrar del campo al Español hasta marcar de nuevo, fue todo uno. Luego, vuelta la burra al trigo, y en un tris estuvimos de que nos pasara lo mismo que en Soria.
Podría entenderse que el equipo estuviera ahorrando energías, a la vista de la plantilla que hay y de lo que queda por delante. Pero lo que no es de recibo es que, pasando lo que ha pasado ya en los minutos finales, quedando siete, repitas el mismo número. A mí me ponen de los nervios.