Lo de los árbitros en el Nou Camp es similar a lo de la cuadra. Deberían jugar una liga ellos solos, y el resto a disfrutar.
Tiene que ser desesperante, estar dejandote la piel en un terreno de juego, sabiendo que vas a perder, y tener que aguantar un arbitraje como el de Pérez Lasa, en el qué las mismas jugadas tienen interpretación tan diferente según quién las realice.
Lo de los comentaristas de la sexta es vomitivo.