Pues, como me suponía , hoy no toca hablar del Villarato:
El Atlético lo tuvo más cerca que nunca
Alfredo Relaño | 08/03/2009
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Estos días hemos repetido que el Atlético no le gana al Madrid desde
1999, el año de su descenso a Segunda. Bueno, pues ayer pudo ser. Y
debió ser. Tanto en la fase más ordenada y académica del partido
(primer tiempo) como en la más loca y alborotada (segundo) se sostuvo
mejor. En la primera porque controló más; en la segunda, porque del
alboroto sacó un montón de ocasiones, alguna de las cuales fue casi
inverosímil que no entrara. Además de todo eso, el gol del Madrid llega
en fuera de juego, porque Huntelaar, en su ir y venir del desmarque,
está adelantado cuando se produce el pase.
Así que después de ganarle al Barça, el Atlético frena la racha de
victorias del Madrid, y le retrasa a seis puntos. Abel ha dado con la
tecla. Con los mismos, agrupa bien el equipo, crea más dificultades al
rival, disimula el talle de avispa de ese 4-2-4 al que tiende la
alineación y mantiene la amenaza de los de arriba, sobre todo Agüero y
Forlán, una pareja que casi nadie tiene en Europa. Con eso y con un Leo
Franco que ha recobrado el crédito, el Atlético está para cualquier
cosa. Para ganar en Oporto, desde luego. Y para terminar la Liga donde
se propuso, entre los cuatro primeros, también.
Es la conclusión principal de un derbi hermoso, tenso, trabajadísimo
por casi todos, vertiginoso en la segunda mitad y en el que el Madrid
siempre estuvo un poco por detrás. Con la baja de Pepe y el alta de
Guti el equipo se desdibujó. Tras el descanso, devuelto Lass al medio y
con Higuaín alimentando el ataque, se pareció más al Madrid. Pero
Higuaín agotó lo mejor al principio, y como el otro abrelatas, Robben,
sigue a chupar y a chupar, el poder de ataque del Madrid no dio para
mucho. Se vació, pero a fuerza de desordenarse tanto atrás que no
compensaba. En fin: seis puntos y el Barça respira de nuevo.
P.D.: Lo del As-keroso es vergozoso, no dicen que "El Duro" del partido fue Asunçao... Alucinante. Os recomiendo que no leáis las columnas (Roncero, Guasch, etc.) de hoy si no queréis que se os revuelva el estómago. Menudo atajo de sinvergüenzas.