Mucho me estoy prodigando, pero hasta la resolución del tema quinielistico aprovecho.
Últimamente me estoy deteniendo bastante en pequeñas historias, supongo que es la manera que elige mi subconsciente de expresar su desagrado ante tanta historia grandilocuente tan de moda. Así que creo poder aportar algo.
Ya que os va la marcha japonesa (aunque escriba en aleman).
Olvidaos de guerreros y espadas, está ambientada en el japón de despues de la guerra y te queda un regusto bastante amargo en la boca, todo es mejorable pero me gusta bastante en conjunto, hasta el prólogo de Sanchez Drago.
Cambio de plano, nos vamos a otro muñidor de pequeñas historias, el hungaro Sandor Marai.
Componer una historia de historias es lo que hace el autor, empieza presentando un ambiente de balneario ¿Algún lector de Hesse en la sala? que utiliza de excusa para enmarcar una historia mas pequeña.
Sorprendentemente un tio como Umberto Eco puede entrar en este juego.
La versión hagiografica puede tender a decir que reconstruye a un personaje en base a su memoria de papel, a mi me parece que d. Umberto empieza a tener una edad y le alcanza la obsesión de la memoria. Lo que sirve para que levante una esquina del telón y nos enseñe parte de su propia memoria, quizas le sobran 100 paginas y no apasiona, pero Eco hasta soltando un regüeldo es correctamente literario.
Solo para fans de Gunter Grass (entre los que me incluyo)
Si Eco levanta una esquina del telón, Grass nos enseña toda la tramoya de la fábrica de sus novelas a la vez que nos cuenta su propia (y dura) peripecia personal hasta la presentación del Tambor de Hojalata. Se utilizó su pertenencia a un batallón SS (hasta la presentación de la obra oculto por el propio Grass) como intento de vender escandalosamente la obra, si alguien la intenta leer por ello que no se le ocurra, no va a ver nada excesivamente anormal para un chaval aleman de 17 años de la época.
Desengrasemos con algo facilito y sin ninguna pretensión de Andrea Camilleri.
Camilleri nos lleva a "su Sicilia" en una Italia recien reunificada y nos vuelve a meter en otro embrollo politico de allí mezclado con un lio de gustos operisticos y la habitual corrupción, siempre nos lo cuenta medio en broma, pero suelen ser historias de un fondo bastante cruel.
Saludines.
Nexus 6:
Poca literatura japonesa he leído: ni maderas noruegas de Murakami ni mishimas, aunque me permito esta otra recomendación nipona. Tan breve como imprescindible: Una cuestión personal, Kenzaburo Oé, Anagrama.
P.s. Y no dudaré en zambullirme más pronto que tarde en esta otra, recientemente editada en nuestro país: http://www.librosdelasteroide.com/ficha_libro.php?id=46