La pena por haber dejado el Vicente Calderón es inmensa y la
llevaremos, la gente mayor, siempre en nuestro corazón. He llegado a la
conclusión que este Estadio no es para nosotros, este Estadio es para nuestros
Hijos y Nietos. ¿Llegaremos a disfrutarlo plenamente? Complicado.
El Estadio es magnífico, a pesar de que falta un montonazo
para que esté terminado. Por dentro, impresiona. En sus localidades más
económicas es de una comodidad exquisita. Los asientos son amplios y la
separación entre filas grande, pudiéndose ver perfectamente el partido de pie. Servidor,
ubicado más o menos en el mismo sitio que en el Calderón, tiene una mejor
visión. La megafonía del campo, ¡por fin!, es perfecta (ahora ya sólo falta
cambiar al speaker ese). En cambio, los video-marcadores (que estuvieron mucho
tiempo sin funcionar) no llegan ni de lejos a la excelencia del resto del
Estadio. El de la lateral es bastante pequeño. En el debe, creo que vamos a
pasar mucho frío (la inmensidad es lo que tiene).
Por fuera queda muchísimo por hacer. A bote pronto, es feote
en su fachada y no ayuda nada que el suelo en los aledaños inmediatos sea una
vulgar capa de asfalto: muy sucio y oloroso (él domingo olía a recinto ferial). Va a ser fundamental las tareas de
mantenimiento: como no lo hagan bien, y va a costar mucha pasta, queda ruinoso
en cinco años (como le está pasando a San Mamés, por ejemplo). Entiendo que es
provisional. O no.
Los accesos en coche han mejorado con la apertura de una
glorieta, pero el atasco de la ida fue considerable (tardamos el doble que para
la vuelta). La vuelta mucho mejor. El parking de autobuses es cojonudo, con una
plaza asignada a cada Peña. El de coches, por lo que vi al día siguiente,
parece que no está mal.
Lo peor es que los bares normales quedan muy lejos y las carpas
no me parecen la mejor solución. En invierno a ver quién se toma allí un
algo. Todo esto me lleva a pensar que el pre-partido se ha terminado tal cómo
lo entendíamos en los aledaños del Calderón.
Y vamos con lo que importa: ¿será o no una caldera? De
nosotros, depende. El Estadio invita a ponerse cómodo, pero hay que evitar la
tentación y ponerse a animar como siempre. El sábado hubo momentos buenos, pero
también momentos de teatro. Dicen de la acústica. Buena o mala, la acústica
sólo funciona cuando empujamos todo. Poco a poco iremos entrando en juego,
pero en nada tenemos dos finales: Sevilla y Chelsea.
Saludos cordiales.
Algún día volverán las barbacoas en nombre de Dios; rezad lo que sepáis, porque yo seré el Inquisidor.