Kanon: Es muy dificil que un jugador entre en los últimos minutos de partido y se ajuste a la perfeción al ritmo que requiera el encuentro.
Es muy difícil para un jugador que juega en su puesto, que tiene que notar el ritmo del partido (por eso a mí los cambios de 5 al final no me gustan ni un pelo). En fútbol, al margen de jugarlo, tienes que sentir el ritmo del partido, y eso te lo da la propia disputa del mismo. Si hay un puesto donde es clave es en el del 5, que estás constantemente midiendo el ritmo del partido. Si llevas desde el principio en el campo, sabes hasta las faltas que ha habido, no sólo las que has hecho tú, y si toca o no hacer una falta, que a veces son necesarias e inevitables, pero a veces toca hacerlas, porque toca, simplemente. Un 5 que sale del banquillo con el partido cerrándose todo eso no lo tiene. Yo que otras veces le sacudo, esta vez por eso no le culpo. Es cierto que hubo al menos un par que se pudo evitar perfectamente, pero entra dentro de lo normal que las hiciera.
En otras posiciones la cosa cambia. Un cambio al final de un central no crea problemas en el jugador que sale, puede crearlos en los ajustes del grupo, que es diferente, por perder marcas que ya tenían más que acordadas. Y arriba, pues o entras en juego, o no entras, pero no se nota excesivamente para mal. Ahora, cambiar de 5, o añadir uno más, en el último cuarto de partido, es complicado. Fíjate, me parece más fácil acoplar al 6 de 5 en una expulsión del 5 al final, que sacar a uno nuevo.