romenaguer: Y uno va al Calderón y se encuentra aficionados que se denominan anti-torristas y que afirman sin despeinarse que lleva dos años sin aportar nada.
Esos tristes aficionados son peores que cualquier vikingo.
Es gentuza reincidente y ciega, y además bastante común, lo cual es triste. Lo bueno es que al final nunca se los escucha, salvo que te toquen cerca, en el Calderón siempre se oye el cántico a Fernando, sin discusión.