Qué pena más grande.
Qué hueco más inmenso.
Qué caballero escribiendo.
Tener elegancia y estilo está al alcance de muy pocos. Ramón tenía de las dos cosas a granel. Como educación y humildad en sus comentarios. Como entrega a lo que durante todo este tiempo era de lo poco puro que uno podía seguir (muchas veces con dolor por el mal trato recibido): la cantera y sus chavales. Y él en eso, no era un maestro. Era EL maestro.
Era, también, una de mis referencias cuando entré en el foro (a leer, a escribir fue bastante más tarde porque leyendo a Ramón, Madder, Aviación, MLPD, Chinasky y otros que mi Alzheimer me esconde ¿para qué entrar si ya lo decían ellos todo y de *** madre?). Por ellos me hice seguidor de SDH hasta considerarlo como una familia. Y hoy, la familia está de luto.
No digo más. Cuando sufres una pérdida así, escribir o hablar es poca cosa. Porque por mucho que se diga, nada llegará a la altura de quien nos ha dejado.