Sí: van al Calderón.
Otras cosas: ¿creeis que si el Atleti no hubiera tenido el pasado que tiene en este deporte se hubiera hecho así o habría tenido la misma repercusión? Francamente, creo que no.
Madder: sabes que es dificil no estar de acuerdo contigo para mí. Pero discrepo. No en tu teoría (tal vez con ejemplos algo exagerados, la verdad), sí en tu coletilla de que no quieres crear doctrina. Lanzar una teoría en público es la base (nada inmoral, por supuesto) de la doctrina.
Respecto a lo de cerrar los ojos, también discrepo. Sentir y emocionarse con la vuelta de una sección y unos colores creo que puede tener otra teoría que la de cerrar los ojos. O valorar ambas opciones, por lo menos. Y esta teoría (muy similar a la ya consabida de los comepipas) tiene un problema para quien la lanza (al que valoro su lucha, por otra parte sin dudarlo): que parece que se genera una clasificación entre los que los cierran o los que no, entre los puros y los impuros...
No dudo que no es la mejor manera de recuperar el balónmano a nivel sentimental o de estructura deportiva. Pero es una de ellas. Y lo importante es a partir de ahora cómo se estructura.
Por lo demás, si tengo a tiro el fichaje de tres megacracks por dos duros, yo los ficho. Si poniendo cerca de dos millones de euros, más la gestión con las instituciones, tengo el mejor equipo de balonmano del mundo (o uno de los cuatro mejores) y de paso recupero algo que perdí y que es santo y seña de este club, los pongo. Por imagen, por rentabilidad de imagen, por intentar no cagarla siempre.
Y se ha hecho. Y si la hubieran hecho otros dirigentes me permito la duda sobre si no se diría que son buenos estrategas.
Haré una coletilla estilo Madder (ya la he hecho antes): que cada uno se emocione con lo que le salga de los cojones.
¿Creeis que no me cuesta celebrar los triunfos del equipo de fútbol cuando sé que los van a lucir nuestros dirigentes? Pues me alegro. Y lloré tras el gol de Forlán en Liverpool, llamando a mis hermanos que estaban en Hamburgo. Y canté y chillé en la final de copa en el Nou Cam. Y me acordaré siempre porque fue la última vez que fui a un campo a ver a mi equipo con mi hermano.
El día que, aparte de la siempre respetable opinión y diversidad de pareceres, se pase la raya (para mí ya se ha pasado varias veces) el alegrarse del triunfo de tus colores. De compartior las derrotas. De celebrar en un bareto con los tuyos eso que compartes desde niño y lo harás hasta que te mueras... El día que todo eso quede bajo la jurisdicción de quienes deciden que eso es imposible porque nuestros dirigentes son impresentables (que lo son... y no son los únicos) y de que cierro los ojos a una violación, asescinato, robo o campo de concentración nazi... Ese día, mejor que apaguemos y nos vayamos.
Que criticar, vale. Que no compartir, estupendo... Que plantarse (yo soy uno de ellos en muchas cosas), ok. Pero esto es fútbol. O balonmano. O, sencillamente, el Atlético de Madrid. Y al igual que los jugadores pasan, pasarán sus dirigentes. Y sólo quedan los colores y las emociones. Y eso no me lo quita nadie. Que la vida son dos días y además, laborables. Que me sobran penas como para no ilusionarme con siquiera eso o en Falcao (que por cierto, ya hace que se lesionó de la rodilla, eh)
Ni siquiera la opinión de gente que aprecio y valoro. Pero que, en este caso, sencillamente, no asumo ni comparto.
Porque si la meta es la insatisfacción por norma, servidor, particularmente, no quiere llegar hasta ella.
Un saludo.