Perdón, que no me deja editar...
Fue Van Gogh
el que dijo “Sufrir sin quejarse es la única lección que debemos
aprender en esta vida.”…no le hagan caso, estaba loco. Era un loco
genial, pero loco al fin y al cabo.
La
afición del Atleti es conocida por la inmensa mayoría de los
aficionados al fútbol como sufridora. Incluso los que no saben un ápice
de fútbol ven en el hincha atlético la fiel imagen del sufridor. Podría
deberse a que el Atleti ha perdido alguna liga en el último partido de
la temporada o un Campeonato de Europa en el descuento del partido, por
ejemplo, pero esa teoría choca con una evidente realidad: eso le ha
pasado a muchos equipos en la historia del fútbol y a ninguno se le
conoce por tal epíteto, No hemos oído hablar del “Depor sufridor” y sí
sin embargo del “Superdepor”. No conocemos al Barça como equipo
sufridor, a pesar de que el primero tuvo el honor de compartir con
nosotros la pérdida de una liga en el último partido, siendo además el
mismo partido, que ya es curioso. Ni al Bayern Munich se le tilda de
conjunto sufridor por perder una Champions en el 99 recibiendo dos goles
del United en el “injury time”. Y ni siquiera al Club que ostenta el
record histórico del segundón por antonomasia, al quedar subcampeón en
un mismo año (bendito 1983) de cinco torneos (
Liga, Supercopa de España, Copa, Recopa y Copa de la Liga), amén de perder dos ligas en Tenerife en el último partido, se le tacha de sufridor.
¿Por
qué entonces al Atleti sí? La clave no está en echarle la culpa al
mejor presidente de la historia del Club, que ciertamente Don Vicente
tuvo un desliz con esa frase de “parecemos el pupas”, pronunciada, según
reza la leyenda, una fatídica noche de 1974 en Bruselas. La clave está
en la propia afición del Atleti.
La
afición del Atleti , no es que se crea esa frase, se regodea en esa
frase. Cuando a un hincha atlético se le dice eso de “esta noche a
sufrir”, mientras espera en la cola de la panadería, le entra un comezón
rayando en la bobaliconeria y mientras arquea las cejas y aprieta los
labios, asiente con la cabeza en señal de autocompasión. Y lo peor es
que esa frase la suele decir cualquier vecino o conocido que también
profesa la misma religión.
A
partir de ahí, los medios, la afición rival en general, políticos,
profesionales liberales, indignados, curas y monjas, parados, operarios,
cargos intermedios y altos cargos de cualquier sector laboral y hasta
Joaquín Sabina, nos conocen por el pupas o los sufridores. Y los medios
de comunicación, los pregoneros, los serenos, los vendedores ambulantes,
los voceros, los empleados del bingo y hasta Joaquín Sabina fomentan a
voz o pluma en grito tal cualidad. Unos con displicencia, otros de modo
paternal, aquéllos por fastidiar y esos por interés. Pero el aficionado
atlético lo hace porque se siente cómodo en el papel que
se le ha otorgado, en ese “ser capaz de lo mejor y lo peor”, en ese
“con el Atleti ya se sabe”o “papá por qué somos del Atleti” Todos esos
clichés y lugares comunes tan familiares para el aficionado atlético en
realidad son repugnantes. La viva imagen del victimismo, el conformismo y
la autocompasión., Para muestra la foto que acompaña este artículo, con
el lema “SUFRIENDO EXISTO” en la parte superior de una bandera de
España en cuyo centro se asienta el escudo del Atlético de Madrid. No
hay peor manera de ultrajar ese escudo y para colmo y acreditando lo ya
expuesto, un medio de comunicación lo saca en portada. Esta sacando en
esa portada la esencia del Atleti, la razón de ser y existir de la
hinchada rojiblanca: el sufrimiento.
Todo
esto podría explicar el por qué se lleva aguantando a la familia Gil al
frente del Club. Es el motivo de que la afición no estalle ante unos
gestores que primero se apropiaron del Club delictivamente, luego lo
sometieron a un saqueo continuo, lo despojaron de su esencia y
patrimonio, lo arrastran por el barro de la mediocridad año tras año y
acabarán desmantelándolo por completo, sometiéndolo a la más absoluta de
las ruinas.
Van
Gogh empezó por cortarse el lóbulo de la oreja y acabó pegándose un
tiro en el pecho a los 37 años de edad. Le gustaba sufrir con el
silencio como único testigo. La genialidad sucumbió ante la locura, ante
el arrebato final. La afición del Atleti, genial en tantas y tantas
noches de gloria y de derrota, como aquella reciente de Barcelona en la
Final de Copa, no se puede permitir el lujo de dejarse ir sufriendo en
silencio. No tenemos que agujerearnos el pecho, sino coger aire e
hincharlo para gritar de una vez por todas “GIL LADRÓN FUERA DEL
CALDERÓN”. Es el momento de demostrar al mundo que nos rebelamos ante el
sufrimiento y el pupismo y sobre todo ante la injusticia y el mangoneo que sufre nuestro Club por parte de sus ilegítimos propietarios. El resto, es la muerte.
"El Atlético no se merece que le estén tratando como le están tratando. No se puede conformar con entrar en Europa, estoy en contra de anuncios como ese de 'Papá, ¿por qué somos del Atleti?'. ¡No! Cuando yo estaba siempre salíamos a competir a por la Liga, la Copa, todo. ¡Vuestros padres no nos permitían otra cosa! Somos el tercer equipo de España, pero nos hemos alejado de nuestra historia. Pero pensad que, cuando una puerta se cierra, se abre una ventana".
Luis Aragonés en su Gaudeamus
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