—Vaya golazo marcó. Casi nada más salir…
—Pues a los ocho minutos. Se tardó poquito…
—¿Cómo vio la jugada?
—Cuando se la doy a Mandzukic ya me intento incorporar porque él la
está aguantando de espaldas. Yo intento romper de primeras, pero está
Siquiera más cerca y se la dan a él. En ese momento ya me había
anticipado a la jugada al tratar de hacer un desmarque de ruptura. Me
tuve que ir un poquito para atrás y la pasa Siquiera que trata de
picarla al segundo palo. Le salió así para atrás, algo corto. A mí no me
dio tiempo a hacer otra cosa. E intenté la chilena.
—¿Ahí ya supo que sería un golazo?
—¡Ni vi el gol!
—¿Ensayan mucho esa jugada de pase de la muerte?
—Nosotros trabajamos que cuando estás en el área hay que picarla al
segundo palo. Pero a Siquiera no le salió bien y salió ese centro. Yo me
encontré y tuve que golpearla.
—¿Cómo se le ocurrió?
—Yo intenté que fuese un disparo a puerta y así fue. Y no sé por
dónde entró ni nada. Tuve que esperar al final del partido para poder
ver la jugada.
—¿Es la primera chilena que marca en su vida?
—No, no. He metido más pero profesionalmente no había metido ninguno.
—Es un gol importante para el equipo y en lo personal…
—No creo que tenga que reivindicarme. Entraba de suplente, me
encontraba bien y encima meter un gol contra el Madrid… Eso viene bien.
—¿Qué sintió al marcarlo?
—No se puede explicar. Cuando meto el gol no sé ni cómo celebrarlo.
Mi padre me preguntó: “¿Por qué diste la vuelta a Khedira?”. No sabía ni
donde ir. Esperé a abrazarme con los compañeros. Ellos me agradecieron y
me hicieron unas reflexiones para que estuviera más tranquilo y más
seguro ya que acababa de salir sin calentar en un partido tan importante
y tenía que cumplir.
—¿Qué le dijeron?
—Gabi me dijo: “Ahora ya te has liberado. Estate tranquilo y juega
como sabes”. Es difícil salir en un derbi y gracias a los compañeros se
hace más fácil.
—En Vigo con las bajas tendrá otra oportunidad.
—Nosotros trabajamos como grupo. Luego es el míster el que decide. Se
lo agradezco. Si tengo oportunidades trato de aprovecharlas.
—¿Se lo toma como un premio después de no haberse ido?
—Tuve la suerte de meterla. No es que sea un premio pero me da algo
más de estatus en la plantilla y para que me conozca más gente y tener
más nivel.
—¿Se alegra de no haberse marchado?
—Me alegro de vestir estos colores. Ellos me apoyaron desde pequeñito
cuando nadie lo hacía. El Atlético y mi entrenador, José Alfredo
Fernández, el que me trajo aquí, fueron los que confiaron en mí y
siempre voy a estar agradecido.
—Se está reivindicando en partidos importantes…
—Tengo la suerte de que me toca jugar esos partidos. Pero me gustaría
jugar más a menudo. Pero la verdad es que para nosotros todos son
vitales.
Ojo a lo que le dice Gabi. Una vez más, ORGULLO.