Desde mi punto de vista, nada que sorprenda a Ozemaria ni, según veo, a casi ninguno de nosotros ni mucho menos aún a Simeone, a saber:
- Excelente, como siempre, Aguirre. En el césped y en la rueda de prensa.
- Decrecimiento físico esperado, que ya venía "goteando" desde hace unas semanas con esos tres esguinces seguidos.
- Sin esplendor físico y sin nadie que tenga el balón y lo juegue con el buen criterio suficiente como para hacer correr al contrario, el equipo se seca y retrocede diez metros.
- Con el equipo seco, sólo un Falcao podría encontrar agua. En este sentido, pues, ha empeorado de manera directamente proporcional a la cantidad de millones ingresados por su traspaso y únicamente empleados para saldar la vergonzosa deuda contraída por los máximos accionistas con Hacienda.
- Como todo excelente jugador -por lo tanto, inteligente-, Villa está administrando su declive para que se produzca de manera ejemplar, es decir, lenta y progresiva (igual que los Figo y Zidane que vimos en el Madrid). Todavía dará frutos pero es el único junto con Aranzubia y tal vez Cebolla que no es pujante.
- Dado que Gabi y Costa no pueden estar gloriosos todo el año, sólo sobreviviremos a la fatiga en la medida en que se incorpore Diego (que nos dé balón y una cierta -aunque limitada- capacidad de sorpresa), aflore Guilavogui y Adrián le dispute el puesto a Villa tal como Costa se lo disputó a Adrián el curso pasado.
- Mientras tanto, con lo ya conseguido y esa fe de discípulos, podemos ir tirando.