Doggy: Aprovecho la coyuntura, ya que para otras cosas miramos tanto al fútbol inglés, para denunciar por enésima vez el sistema copero español, que, no contentos con jugar a doble partido entre primeras y segundas-b, fija el primer partido en casa del equipo modesto para callarle con la golosina de la taquilla. Que *** asco de fútbol moderno. Esto tenía que ser a partido único en casa del rival más débil.
Que dice Palomar que piensa como tu.
viernes, 8 noviembre 2013, 13:35
Cada vez que los equipos de Primera entran en
el bombo de la Copa del Rey, el asunto sobre la idoneidad de la
competición se vuelve recurrente. Miramos a Inglaterra, los inventores
del asunto, y anhelamos la falta de condicionantes que tiene la Cup. No
tiene ninguno. No hay una competición más pura, con menos ataduras, más
auténtica. Puedes fundar un equipo en un pub y llegar a la final de
Wembley. Y les envidiamos sus eliminatorias a partido único, la
posibilidad de que los pequeños se coman a los grandes, sus estadios
llenos a mitad de semana, su habilidad para encajar competiciones de
agosto a mayo y que les quepan todas...
Lejos de eso, en España acabamos de vivir un sorteo de Copa
sonrojante. Telerigido, amañado directa o indirectamente, carente de
emoción, con todo preparado para que los grandes lleguen a la final y
para que a los pequeños se los lleven los demonios y estorben lo menos
posible. Eso sí, con las migajas y el cuento de hacer una buena taquilla
si les toca un Primera.
Ya estamos acostumbrados a algo así, a tener una Copa impura, un
engañabobos. Pero, además, ahora se ha puesto de moda sortear la
competición al completo. De tal forma, que la Copa queda como un cuadro
de tenis. Los equipos ya saben por qué lado del cuadro van y pueden
economizar o aumentar esfuerzos a conveniencia. Total, menos emoción
todavía. Un sistema aún más pernicioso y más viciado.
Y aún queda otro asunto recurrente: la sede de la final. Ya llegará. Y
habrá estadios con las letrinas en obras para impedir que se juegue, se
medirá con GPS la distancia entre las ciudades para ver quién sale más
beneficiado o más perjudicado y se buscarán mil y una excusas a favor o
en contra para presionar a la Federación. Aquí hay más bares o allá hay
más parques para que puedan orinar los ultras...
Señores directivos, muchas gracias por matar la Copa. Gracias por
hacer de esta competición un torneo menor, residual. Un negocio a mayor
gloria de las televisiones y los clubes grandes. Queda en manos de los
aficionados y de las agencias de detectives averiguar ahora cuándo,
dónde y a qué hora se juegan los partidos. Muchas gracias, de verdad.