-fernando-: Yo creía que habíamos jugado la Champions hace poco, apenas unos años, pero ahora me doy cuenta de que no, de que lo que jugamos entonces era algo que, al menos a mí, me producía una especie de sensación de lujo como a aquellos que en un viaje del Inserso les abren el salón de un hotel en temporada baja para que bailen al son de una orquestina bienintencionada y les cantan boleros y alguna de Machín y Volare y, ya al final, si acaso, la yenka, mientras que lo que siento ahora, sin embargo, es la enorme pobreza y la enorme claridad y la fuerza irrebatible de ser de eso que ya no sé si es el Atleti y ni siquiera ser y de serlo casi exactamente igual que aquella noche de noviembre del setenta, ante el Cagliari, cuando los tres goles de Luis que, al volverlos a ver hace un minuto, me exaltan y me duelen como un latigazo de luz en la noche.
Es que con el Cholo hemos venido a jugar la Champion, en el salón reservado para los Vips en temporada alta, luego pasará lo que pase, pero de momento ahí estamos, y no nos hemos colado por la gatera, que hemos entrado con invitación y por derecho propio. Y nos miran de soslayo, con extrañeza, pero con ojos de precaución y cierta dosis de envidia.
¿Tú los conoces Jimy-el-del-Ferrari-del-jeque? Sí, Jan-sólo-uso-primeras-marcas-aunque-no-las-necesite, no son nuevos ricos, tienen historia, rancio abolengo, ese escudo tiene mucha historia, pero cayeron en desgracia. No han llegado aquí con pasta, al contrario, tienen unos golfos gestionando el yate que vendieron hasta las cortinas, pero el patrón es otra cosa, un tío serio. Han llegado trabajando, luchando juntos, y pese a los golfos vende cortinas. Pero eso sí, a trabajar no les gana nadie. Deberíamos tener cuidado con ellos.
Las visitas en temporada baja para ver que bien viven esos cabrones en esos salones, quedaron atrás, hemos venido a comernos su caviar y bebernos sus vinos caros, luego ya veremos, pero de momento, comamos y bebamos, que nos lo merecemos.