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‘Nos van a empitonar’. Un escalofrío recorre el cuerpo de una fuente nada más conocer que Bruselas cumple su amenaza y les mete un buen marrón para el cuerpo. España, recostada en la penúltima pamema del Balón de Oro, la última de gorra de Neymar y la inauguración del museo particular de CR7, se sobresalta con la noticia: la Comisión Europea decide abrir expediente a España por ayudas estatales ilegales a siete clubes de fútbol. A saber: Real Madrid, Barcelona, Athletic, Osasuna, Valencia, Elche y Hércules. Madridistas, culés, leones y rojillos, habrían incumplido la legislación comunitaria al no convertirse en Sociedades Anónimas. Bruselas sospecha que se benefician de una fiscalidad ventajosa, al entender que sus beneficios tienen una tributación especial. Tendrían acceso a desgravaciones de las que no se benefician otros. Los clubes se pondrán en manos de Exteriores, seguro, para preparar un recurso que podrán presentar un mes después de recibir notificación oficial.
‘Que nos empitonan coño, que nos empitonan joder’ repite la fuente con desesperación. Un colaborador trata de apaciguar los ánimos. Su tesis: la CE no podría obligar, en ningún caso, a ningún club deportivo a convertirse en SAD. En cambio, podría señalar que las diferencias de cotización entre ambos regímenes constituyen un obstáculo a la libre competencia, por lo que Bruselas podría pedir a los que no son SAD que ingresen lo cotizado entre una regulación y otra. Varios periodistas se agolpan en el recibidor de la fuente, hasta que le empitonan con preguntas muy incómodas. ¿Después de años de indefinición, por qué España sigue alentando una Liga entre clubes y Sociedades Anónimas? ¿Europa está presionando, a través de Bruselas, para que Madrid y Barça se conviertan en SAD? ¿Seguro que la CE hará la vista gorda con el tratamiento fiscal del fútbol español? ¿Podrían los clubes ser obligados por Bruselas a abonar los beneficios fiscales que han tenido los últimos años? ¿Y de cuantos años estaríamos hablando? ¿Veinte, veinticuatro?
‘Nos van a empitonar’ insiste con voz entrecortada la fuente consultada. Bruselas explica que Valencia Elche y Hércules, tendrán que enfrentarse a un expediente sancionador en base a préstamos y avales concedidos por la Comunidad Valenciana. Bruselas considera que las ayudas públicas que la Generalitat concedió a esos conjuntos son ilegales, porque les dejan en una situación de ventaja frente a otros competidores. Estos equipos fueron avalados por la administración autonómica cuando solicitaron préstamos por un importe total de 118 millones de euros. La deuda del Valencia asciende a 387 millones: 200 a Bankia, y con el Consell quedándose un porcentaje mayoritario de las acciones. Caray. El Hércules pidió hace años un préstamo a la CAM de 18 millones, pero como no pudo devolver el crédito, la CAM, ahora Banco de Sabadell, ya ha ejecutado los avales. Con el 65% de las acciones, el Consell ahora es dueño virtual del Hércules, que está en concurso de acreedores. También el Elche, con préstamos por 14 millones, acabó en posesión de la Generalitat, con un 40% de los títulos. Si la Generalitat se convierte en la máxima accionista de tres clubes profesionales ¿no está contraviniendo la Ley de las Sociedades Anónimas Deportivas, que prohíbe controlar el 5% de más de una sociedad anónima deportiva en la misma competición?
‘Nos van a empitonar’ repite, por tercera vez, con temblorosa voz, la fuente. Bruselas abre otro expediente contra el Real Madrid, tras haber investigado presuntas irregularidades en una operación urbanística entre el club y el consistorio. El departamento de Competencia concluye que pudo existir ayuda ilegal en el intercambio de terrenos que se produjo entre ambas partes y que, sin mayor alarma del periodismo deportivo español, derivó en una lluvia de millones en favor de la institución que preside Florentino Pérez. Según el diario El País, el ayuntamiento los cedió en 1998 con una valoración de 421.000 euros y después, el consistorio recompró por la módica cifra de 22,7 millones de euros. Un chollo: 34 veces más. Negocio redondo. Bruselas estudia esa operación, la fuente repite aquello de sentir los pitones bien dentro y se pregunta ‘¿se le podrá exigir al Madrid de Florentino un impuesto de donaciones por esas permutas de terrenos?’ De propina, Bruselas también investiga la aportación económica de la construcción del flamante y nuevo estadio del Athletic. El foco aparece puesto en la ¿sospechosa? constitución de la sociedad San Mamés Barria, que fue compuesta por el propio Athletic, la BBK, la Diputación Foral y el Gobierno vasco. Bruselas se pregunta: ¿Permuta de terrenos con organismos públicos?. Marrón a la vista para los leones. Para los teóricos de la conspiración, recurso muy patrio, un matiz a tener en cuenta: el vicepresidente de la CE, Joaquín Almunia, es vasco y a la sazón, socio del Athletic de Bilbao, su equipo de toda la vida, al que tendrá que abrir expediente.
La fuente llama por teléfono y recibe una instrucción de, llamémosle X. ‘O nos defendéis, o esto se va a la mierda’. Así que el Gobierno tirará de manual. Dirá que no hay nada irregular y que la marca España se identifica con los valores del fútbol y blablablá. Coser y cantar. Al fin y al cabo, como todo el mundo sabe, el fútbol español es un negocio absolutamente transparente, no tiene nada que esconder, su gestión es modélica y pasa por ser la octava maravilla del mundo y también la envidia europea. Así que los políticos, águilas para exigir al ciudadano y palomas para revisar la porquería bajo la alfombra, se pondrán del lado de los clubes, que no quebraron en su día gracias al dinero que pagaron con sus impuestos los ciudadanos españoles. Sensacional. Todo eran risas, hasta que desde Bruselas nos han intentado explicar que, en mitad de una crisis económica bestial, con medio país parado y los impuestos por las nubes, las administraciones públicas y el gobierno están ayudando a los equipos de fútbol….con el dinero del contribuyente.
El fútbol español lleva lustros instalado en el barro, linda con el fraude, abraza el dislate legal y sobrevive gracias a la venta de humo. Adeuda 3.600 millones de euros, de los cuales 900 corresponden a una deuda con el fisco, porque, ya saben, Hacienda no somos todos. El campeonato se disputa en una atmósfera admirable: con horarios a la carta (para China), sospechas de partidos amañados, sistemas antidopajes ineficientes, casos de morosidad múltiple y un reparto de derechos de televisión abusivo, casi pornográfico, que que en otra época habría merecido los dos rombos. ¿Qué dirán los clubes? ‘Nunca hemos recibido ayudas públicas y aunque no seamos SAD, la ley española nos ampara’. Aquí paz y después gloria. La fuente grita por última vez: ‘Nos van a empitonar’. Y suda, porque sabe que Bruselas es un serio grano donde la espalda pierde su casto nombre.
Rubén Uría / Eurosport