pasaoporagua: Las cesiones siempre son dificiles de gestionar. En principio lo que tu quieres es que tu jugador juegue lo maximo, pero te tienes que fiar de que el club que lo quiere realmente lo quiere y no como relleno barato. Una forma de asegurarse eso es hacerles pagar por la cesion, que supongo no es el caso. No porque eso asegure que van a jugar, pero al menos el club que recibe sabe que si el jugador no juega, pierden dinero y se pueden pensar mas el pedir la cesion.
En principio la cesiones al Getafe y Granada eran buenas porque eran equipos competitivos y de primera, pero muchas veces es preferible un equipo de segunda de los de arriba donde siempre es mas factible que tengan oportunidades.
Espero que la situacion cambie por que son dos de nuestros mejores proyectos en el caso de Mollejo y Nehuen y una temporada en el banquillo y apenas jugando no les beneficia nada.
Imagino que se podrán plantear cesiones en las que el equipo destino pague una pequeña penalización cada vez que no alinee al jugador cedido, o se le descuente una parte del coste de la cesión si se cumplen determinados objetivos de minutos. O cláusulas para cancelar la cesión en la ventana de invierno si no se cumplen un mínimo de minutos.Otra cosa es que a los golfos sólo les interese el clin-clin caja, que vayan "viviendo" al día, y todavía no comprendan que a largo plazo les podría rentar más.
La trayectoria del equipo que solicita la cesión también influye, si los dos-tres jugadores con los que pelean por el puesto están más hechos, llevan más tiempo en la plantilla, cuentan con la confianza del entrenador... salvo lesión, sanción o descanso, jugarán todo lo gordo. Es el caso de Nehuén en Granada, reclutado para completar la plantilla como cuarto central y eso que el equipo compite en Liga y Europa League: 173 minutazos de competición acumula, y porque jugó los 90' en San Sebastián... con más de la mitad de la plantilla en cuarentena.
'El primer día, Luis se presentó en el vestuario con una cartera en la mano. Nos sorprendió que nos hablara a todos de usted, a gente que como Adelardo había estado con él de jugador durante 13 temporadas, Gárate, nueve, yo ocho. Enseguida lo entendimos: "Hasta ahora he sido vuestro compañero, ahora soy vuestro jefe".'