Atlético de MadridMylan desmenuza la explosión esta campaña de su hermano YannickCarrasco según Carrasco
Mylan Carrasco posa para MARCA en el vestuario del Alcalá.
Ángel RiveroMARCAMylan lo deja claro: "Si no tenías habilidad, en la calle no sobrevivías. Por eso tiene esa técnica". Sobre el asfalto de un barrio de Bruselas comenzó a pulirse la figura de Yannick.
Desde el barro de la Tercera madrileña que está descubriendo en el
Alcalá, su hermano encuentra en aquella infancia muchas respuestas a la
explosión de una de las sensaciones del Atlético y de Europa. El balón
siempre fue la llave de los Carrasco.
"Había un terreno
al lado de nuestra casa en el que nos pasábamos el día con nuestra
pelota, desde por la mañana hasta por la noche", explica el alma gemela
del belga que encandila al Calderón. La ley de la calle no tardaría en
obligarles a marcar el territorio en duelos de free style (estilo libre)
que despertaban la imaginación. "Eran unos contra uno en los que ganaba el que primero consiguiera hacer un caño al otro o marcara tres goles", comenta Mylan, testigo desde la admiración del hermano menor de los inicios de Yannick.
Por
aquellas batallas callejeras en las que ni siquiera mandaban las
porterías comienza a explicarse el fenómeno de Carrasco. En la flamante
vertiente goleadora del extremo del Atlético, su doble cobra incluso más
peso que Simeone. "'¿Por qué no tiras a puerta? ¡Si no
pierdes nada! Si se va arriba, se va', le decía yo siempre, porque veía
que muchas veces trataba de buscar a un compañero en lugar de acabar la
jugada. Yannick me dijo que el míster también se lo pedía, que debía meter goles", desvela.
Lo
que no podía imaginarse Mylan es que su apreciación se tradujera en el
papel decisivo que su hermano interpreta hoy en el Atlético: "No sabía
que iba a marcar tantos goles. ¡La temporada anterior había hecho cinco y ahora ya lleva siete! Ha subido el nivel, pero ojalá acabe con la Champions, no como la campaña pasada".
Hasta llegar a Cardiff aún quedan muchas horas de consejos, exámenes y correcciones mutuas. "Hablamos a diario, pero los lunes, cuando voy a comer a su casa,
es cuando nos contamos nuestros partidos. Cuando juega mal también se
lo digo, porque es mi hermano. Nunca se enfada, porque sabe que es por
su bien", indica.
El primer crítico de Yannick también es
su máximo defensor. Por eso, apoya el estilo que le ha llevado a
convertirse en uno de los jugadores más determinantes del Atlético. "No es chupón: marca goles, da pases... La clave ha sido trabajar duro y disparar más a puerta desde todos los lados. No sé si con suerte o no, pero la pelota entra", señala.
A
Carrasco también le ha cambiado la vida cuando se viste con el rojo de
su selección: "Ahora va como titular porque se lo ha ganado en el
Atlético, donde no es fácil", comenta su hermano. "Su deseo es ganar un gran trofeo, una Champions, una Eurocopa, un Mundial...Está en un grande, así que si es de clubes ojalá sea con el Atlético", concluye Mylan.
Pese
a la lejanía de Bruselas respecto al Calderón, el sueño de triunfar en
el Atlético comenzó para los Carrasco con sus primeras patadas a un
balón. Bastaron un par de equipaciones que trajo un familiar de
su madre, española, para despertar su pasión por los colores
rojiblancos. "Nos gustaba el fútbol, pero no teníamos un equipo
favorito. Veíamos en la tele todas las ligas: la española, la belga, la
italiana....", recuerda Mylan.
Ni siquiera el fichaje de
Yannick por el Genk, con sólo 12 años, minó el sentimiento de los
hermanos: "Vivía con una familia y sólo le veía cuando volvía a casa los
fines de semana. Venía los sábados por la tarde, después del partido, y se volvía a ir el domingo por la noche otra vez".
Tras el paso por Mónaco del mayor, hoy vuelven a ser inseparables. "Desde que nos hicimos aquella foto teníamos el sueño de jugar en el Atlético",
afirma Mylan. Ahora que se ha hecho realidad, sólo piensan en echar
raíces. "Si Yannick firmó hasta 2022, significa que el club cree en él.
Estamos muy felices", aclara.
Fernando Torres. En su despedida.“Cuando lleguen los malos momentos, cuando desde fuera quieran dividirnos y decir que las cosas van mal, en esos momentos que seguro que llegarán, me gustaría que recordarais el orgullo que sentís ahora. Todos somos uno. Eso es ser del Atleti”.