Sin duda ese recipiente lleno de bolas uefa debe ser uno de los lugares en que se ha registrado una de las temperaturas más altas de la Tierra, junto con el desierto del Gobi, el de Sonora, el Sáhara, la sabana africana, etcétera.
La verdad es que no nos ha tocado el mejor equipo del mundo - ese sin lugar a dudas somos nosotros - pero sí el más efectivo y brutal, de los pocos que pueden resolver una eliminatoria en diez minutos, básicamente por efecto del enano que defrauda a Hacienda.
Lo positivo es que somos el Atleti y nos dejaremos el alma, equipo y grada - menudo ambiente que vivió el Calderón el martes -, y que esto es Europa, por lo que el arbitraje, aunque seguramente vomitivo, no va a ser lo de España, imagino que el árbitro consentirá rozar a los señoritos sin acribillarnos a tarjetas y pitar foul tras foul, que diría el Cholo.
A por ellos, a muerte. Y quién sabe, a lo mejor la suerte nos sonríe, recuperamos a Godín y ellos pierden de alguna manera al delincuente chiquitín.