Veo un fanatismo un poco inquietante, ni que fuéramos el trampa$, destrozados por lo de ayer y clamando al cielo por el éxito de nuestro peor enemigo. Vamos a ver, nadie duda que trampa$ y barsa roban, pero joder, un robo es la ida del año pasado en el camp nou, con aberrante expulsión de Torres mediante, esto es, partidos igualados que se decantan sibilinamente por la vía del árbitro, lo de ayer es, como he dicho antes, un espantoso ridículo de un club que vive de la hipocresía de los tiempos, podrido de un dinero negro, manchado del negro del petróleo y a lo mejor del rojo de otra cosa, que gasta cantidades exorbitantes en sueldos y en fichajes, que venía con un marcador de 4 -0 y que encajó seis, joder, seis goles. Qué robo ni que leches, repito, entrenador nulo y jugadores amariconados, superados por el ambiente como no lo hace ni un Sporting de Gijón, como no lo hace ni un segunda B jugando la vuelta de 1/16 de Copa del Rey en Barcelona.
Es un bochorno para el PSG, y poco más. Yo sigo sin dar crédito, 4 -0 en la ida, marcando fuera, y, aún así, a la calle. Hombre, por favor. No prostituyamos la palabra robo, que si no se desgasta y pierde valor.
Y repito, que cualquiera que alguna vez haya dicho nada en contra de Diego Pablo Simeone piense en qué equipos de los últimos años han conseguido apear al barsa de Champions. Salve, Cholo.