-
GaN


- Se unió el 14-11-2007
- 15.582
Envíos:
- Adicto a Señales
|
El País:Un mentor para João Félix tras la marcha de Costa CARLOS GUISASOLA Lunes, 1 marzo 2021 - 23:35
Suárez, por pedigrí; Savic, por carácter; y Koke, como capitán, arropan al luso, que, al parecer, dedicó su gesto a su amigo Lodi
Según parece, fue a Lodi a quien João Félix mandó cerrar la p... boca tras marcar ante el Villarreal. «No te enfades, lo dijiste y lo has hecho. Estamos juntos, hermano», publicaba el lateral brasileño en su cuenta de Instagram, con una foto de João exigiendo silencio. Se desconoce si Diego Pablo Simeone, ajeno (o no) al mundo de las redes sociales, le preguntó por el asunto al luso, durante el entrenamiento matinal del lunes. El tema quedó zanjado así. La única certeza es que la joven estrella rojiblanca, que llevaba un mes de febrero navegando entre la intrascendencia, y un 2021 de escasos alardes, volvió a ser decisivo para el destino de su equipo. Aunque, eso sí, decidió aderezar su diana, la décima del curso, con gesto y grito picantes, lejos de la dulzura del feliz momento. Fue una catarsis sin contemplaciones, camino de un derbi madrileño que ahora encara con un ánimo bastante distinto al que traía. Del último, en Valdebebas, a mediados del pasado mes de diciembre, guarda un recuerdo más bien áspero.
La vida discurre a toda velocidad para João Félix. Hace apenas un par de años, Andrea Berta, director deportivo del Atlético, tomaba nota, ojiplático, de su hat-trick con el Benfica frente al Eintracht, en la ida de cuartos de la Europa League. Después vendría el cortejo en Viseu, su ciudad natal, los famosos 126 millones, una temporada de adaptación en Madrid (con sus padres turnándose para no dejarle solo), interrumpida por la pandemia, y este curso, el de su consolidación, marcado por un otoño de ensueño y un gélido invierno. Salió señalado del césped artificial de Cornellà, en el bochornoso sopapo copero, y se marchó del último derbi dando coces a los asientos, tras un cambio que sólo Simeone entendió aquella noche.
«Me encanta el jugador rebelde, que tiene orgullo y quiere cambiar las situaciones», proclamaba su entrenador, minutos después de que João pusiera fin a una sequía que duraba más de un mes (había marcado su último gol contra el Valencia, el 24 de enero). Con esa diana superaba su registro goleador del año pasado, con tres meses aún por delante de competición: 10 goles y cinco asistencias. Eso sí, sólo dos tantos en casi cuatro meses de Liga. Aún flotaba en su cabeza la dislocada noche de Bucarest, donde apenas fue capaz de atar a su bota algún balón decente frente al Chelsea. Las dos semanas de baja por su positivo por Covid interrumpieron la búsqueda de aquel afilado perfil otoñal, que tanto agradeció el Atlético. Entonces, aquellos 126 millones pagados al Benfica, en lo que es el desembolso más importante en la historia del club, parecieron calderilla. Su valor actual, según la web especializada Transfermarkt es de 100 millones. La motivación de la Champions
João es una pieza indiscutible en la Champions, competición donde, por lo general, con la excepción del último episodio en Rumanía, suele crecer un par de palmos. El escaparate continental le sube de revoluciones. Apenas se ha perdido un cuarto de hora en los siete partidos de esta temporada. En cambio, en la Liga sólo ha jugado tres partidos al completo (Levante, Huesca y Cádiz). En Europa no sólo ha dejado destellos de su calidad, con un doblete vital en el Metropolitano, ante el Salzburgo, sino con ese esfuerzo defensivo que Simeone le lleva exigiendo casi desde el día de su presentación, hace ya casi dos años. 70 kilómetros acumula en sus piernas, lo que supone una media de 10 por partido. Con alguna bronca por medio, como la que se llevó en Múnich, por una pierna blanda que acabó en gol.
Por el camino, João ha perdido al que fuera su mentor, Diego Costa. Durante sus primeros meses en el club, fue el delantero hispano-brasileño quien le llevó de la mano. El carácter y la veteranía de Costa, aparte del idioma común, claro, le hizo la vida más sencilla. Ya sin él, más allá de su gran relación con su 'hermano' Lodi o con Felipe y Herrera, que también manejan su lengua, Luis Suárez viene estando encima de él. 13 años y un puñado de títulos les separan, pero ahora, el charrúa sabe que João es el socio más lúcido en la escena del crimen. Y João, como desveló su foto junto a Luis, minutos después del partido, también se siente más relajado. Koke o Savic, siempre al corte como en aquella Supercopa de España en Arabia Saudí, cuando Messi se encaró con él. también vigila que todo vaya bien.
En el club son conscientes de que al portugués, llamado a liderar al equipo sin intermitencias, aún le quedan por pulir algunos de esos pequeños pecados que suelen venir de serie con la juventud. Como el del mosqueo en Valdebebas o el sonoro gesto reivindicativo en Villarreal. Al fin y al cabo, João sólo tiene 21 años.
El País:Simeone y João Félix, reto a retoLadislao J. Moñino
Nada más llevarse el dedo índice de la mano derecha reclamando silencio y exclamar “¡Calla tu *** boca, caralho!”, con la mirada puesta en la zona de los banquillos, los compañeros se abalanzaron sobre João Félix para celebrar el gol que cerraba el partido ante el Villarreal (0-2). El corrillo pareció engullir al luso con la intención de felicitarle y también de aplacar sus ánimos contestatarios, exteriorizados en un momento poco oportuno. Acababa de marcar el tanto que aseguraba la victoria de un equipo inmerso en un bache que salió al estadio de La Cerámica sobrepresionado por el recorte de puntos que Real Madrid y Barcelona habían logrado en las últimas jornadas.
El brasileño Renan Lodi, uno de sus camaradas más cercanos, trató de echarle una mano en las redes sociales al asumir que el gesto iba dedicado para él porque le había recordado que llevaba sin marcar un gol desde el 24 de enero ante el Valencia. La rabia con la que João Félix hizo el gesto de mandar callar y pronunció el imperativo no parecen las maneras habituales hacia un compañero con el que mantiene una buena relación.
Si el exabrupto apuntaba a Simeone, este lo no solo lo dio por bueno en la rueda de prensa posterior al partido. “Me encanta que los jugadores se rebelen”, proclamó. Camino de Madrid, el entrenador comentó a miembros de la expedición que no le importan que le griten más jugadores si su actuación en el partido ha sido determinante o se ha correspondido con lo que les ha exigido. En el club, se ha hecho una doble lectura. Desde lo negativo, el gesto se considera de mala educación por el mero hecho de mandar callar a alguien en un espectáculo público televisado a millones de aficionados. También consideran en el Atlético que el ruido que ha generado es dañino con el trascendental partido del próximo domingo ante el Real Madrid a la vista. El vestuario ya recibió un toque de atención cuando a finales de noviembre y principios de diciembre, Marcos Llorente (Lokomotiv de Moscú), Luis Suárez y Saúl (Salzburgo) y el propio João Félix, en el derbi de la primera vuelta, protagonizaron un carrusel de desaires hacia el banquillo.
Desde lo positivo, en el club y también algunos jugadores, celebran que João Félix, de 21 años, mostrara carácter, que de alguna manera exteriorizara que le molestan las suplencias a las que le relega Simeone. La relación entre ambos se rige por los mismos parámetros cuarteleros que el entrenador aplica a los jugadores jóvenes. Una exigencia mayúscula y arengas y charlas correctoras en los entrenamientos. Fuera del trabajo del día a día, Simeone marca mucho las distancias. Lo mismo que hizo en su día con Correa, Giménez y Griezmann.
De más a menos
Con los números en la mano, João Félix ha disputado esta temporada 21 partidos de los 24 de la Liga, con un balance de siete goles y cinco asistencias. En 12 de ellos fue titular, de los cuales en nueve fue reemplazado, y en otros tres no jugó por lesión. En la Champions, tres goles, ha jugado de inicio los siete partidos disputados hasta el momento y fue sustituido en tres de ellos en los minutos finales.
La temporada pasada fue titular en 21 de los 27 partidos ligueros en los que estuvo disponible y logró seis goles y una asistencia. En la Champions jugó seis de los nueve partidos, fue titular en cuatro y reemplazado en todos menos en el primero de la fase de grupos antes la Juventus. Su suplencia en Lisboa, en los cuartos ante el Leipzig, fue la más sonada y la que más polvareda levantó.
En el arranque de esta temporada, João Félix parecía que se había ganado ya la confianza de Simeone. Hizo cinco goles en las nueve primeras jornadas de Liga, más dos en la Champions. El Atlético mostraba esa cara más ambiciosa con respecto a campañas anteriores y el chico parecía disfrutar. Hasta que llegó el derbi y esa patada al aire en la tribuna de Valdebebas. El Atlético perdió (2-0) y su actuación fue gris en la hora de juego que estuvo en el campo. Después vino el batacazo copero en Cornellà, con él en el once titular, el crecimiento de Correa y Lemar y su baja por la covid-19. Una vez recuperado, Simeone le concedió la titularidad en los dos partidos contra el Levante y ante el Chelsea. Su rendimiento fue bajo. Llegada la cita contra el Villarreal, fue el único jugador que no repitió en el once que se enfrentó al conjunto inglés en Bucarest. Y llegó ese gesto rabioso con poco sentido de equipo que João Tralhao, un entrenador que tuvo en el Benfica, achaca “a que siempre quiere más, como todos los jugadores top”.

|
|