La sequía no fue de ocho meses como en sus inicios en el Manchester United, pero los 35 días que Diego Forlán llevaba sin marcar con el Atlético, desde su gol al Deportivo en Riazor el 6 de enero, empezaban a pasarle factura. "Bueno, bueno..., tampoco era tanto tiempo. Yo estaba muy tranquilo", dijo el punta uruguayo tras sus dos dianas al Racing en El Sardinero. Nadie le creyó.
"Me da bronca fallar", dice el delantero; "a ver si se enganchan otros", desea Aguirre
"Aparentemente, no estaba nervioso ni ansioso. Seguía igual de educado. Su falta de acierto no la pagaba con nada ni con nadie. ¡Pero estaba encabronadísimo!", reconocen en el club. Por eso los dos goles de Forlán del domingo fueron festejados "casi como si los hubiera metido en una final". La pareja de Agüero se abrazó con todos: con Javier Aguirre, con Simão, con los utileros... "Más que de alegría, era un gesto de rabia", dice un compañero. "Un ejemplo. Siempre está calmado. Hasta en los peores momentos", cuenta otro. "Me lo creo. Siempre llega el primero a entrenarse", tercia Joan, vigilante en la ciudad deportiva de Majadahonda.
Aguirre, que dice necesitar al Kun "como agua de mayo", reconoce que el bajón del Atlético en la cuesta de enero se debió en parte al "cansancio físico y mental" de Forlán. Del pichichi de hace cuatro temporadas. Del que arrebató a Eto'o la Bota de Oro de 2004 con 25 goles.
Las estadísticas refuerzan la idea: los rojiblancos no han perdido ninguno de los ocho encuentros de la Liga ni de los tres de la Copa de la UEFA en los que ha marcado. "Además, con la excepción de Santander, donde hizo doblete, rentabiliza los tantos al máximo. Su puntería nos ha valido muchos puntos", recuerda la directiva. Seis en las victorias por la mínima sobre el Getafe y el Levante. También adelantó a su equipo en las visitas al Betis (0-2) y el Deportivo (0-3) y frente al Aberdeen (2-0).
"Tiene dinamita, pero se mueve por rachas, como cualquier delantero. A ver si así se enganchan otros más", comenta Aguirre. "No sólo eso. También presiona muy bien la salida del balón de los rivales", insisten en el vestuario. "Y ha provocado cuatro tarjetas amarillas", valoran.
Ante el Racing incluso se multiplicó despejando córners en el área de Abbiati. Y ante Coltorti, el portero del conjunto cántabro, se prodigó con siete remates, de los que colocó seis entre los tres palos.
Forlán abrió la lata al cuarto intento. Su noveno acierto en la Liga, 826 minutos después de batir a Munúa en A Coruña. Entre medias, ocho partidos cegado. Así, el Atlético sufrió una serie horrorosa entre la Liga y la Copa, con dos victorias -ambas ante el Valencia, incluido el 3-2 que no impidió su eliminación en el torneo copero-, tres empates y tres derrotas. "Se habla de Agüero. El míster dice que para nosotros es agua de mayo. Pues, entonces, Diego es la sal del Atlético", confía Pernía.
"Me da bronca fallar, pero he tenido etapas peores", insiste el propio pistolero. No le falta razón. Hasta el 18 de septiembre de 2002, ocho meses después de fichar, Forlán no marcó su primer gol con el Manchester. Lo hizo de penalti, tras una falta a Beckham en el último minuto, con el partido decidido (iba 4-2) y frente a un rival menor, el Maccabi Haifa. Pero eso era lo de menos. Alex Ferguson necesitaba recobrar a un delantero "agobiado". Lo logró en su 27º partido, cuando El Cacha -por la cuadratura de sus abdominales-, contratado por sus 37 goles en el Independiente, batió a Awat desde los 11 metros.
"Pero ahora no lanza los penaltis. No le hace falta. Es un goleador nato. Por su calidad, tarde o temprano tenía que llegar", concluye De las Cuevas.