Los
hijos de los jugadores de Uruguay han dejado de corretear por los
salones del hotel. Los familiares han desaparecido y solo quedan unos
pocos periodistas. Asoma por el bar Diego Forlán (Montevideo, 1979),
entrega unas entradas a unos amigos y da la vez para las cuatro
entrevistas que le esperan: "Ceno y bajo". Media hora después atiende a
los enviados especiales de Canal + España, ESPN, de un canal uruguayo y
EL PAÍS. La última vez que Uruguay ganó la Copa América, en 1995,
Forlán tenía 16 años, lo vio en casa y lo festejó, como todo el país,
en las calles.
Pregunta. Su abuelo materno y su padre ya fueron campeones de América. ¿Qué consejo le ha dado su padre?
Respuesta.
Con mi abuelo, que ya falleció, no hablé mucho. Sería algo espectacular
ser la tercera generación en conseguirlo. No lo digo por mi padre, pero
sentimos que cuando defendemos la celeste rendimos homenaje a muchos jugadores. Mi padre solo me ha dicho: "Sacrificio y trabajo".
P. ¿Ha descubierto que hay fútbol más allá del gol?
R.
No me voy a volver loco por no hacer goles, lo llevo bien porque por
ahí estoy en una fase de madurez, no tengo ansiedad, al contrario,
estoy disfrutando mucho. Me toca jugar en una posición diferente, estoy
cómodo. Es cierto, he aprendido a disfrutar del fútbol más allá del
gol. Disfruto de dar pases, de un rol diferente. Ya lo dice la
camiseta, soy un número 10 y me siento cómodo.
P. ¿El gol se olvida?
R.
No, el gol se tiene o no se tiene, pero es siempre producto de un
cúmulo de circunstancias y por ahí se han de dar todas juntas. A mí me
faltó alguna, porque tuve las ocasiones, pero la mandé al palo, alta,
la atajó el portero. No, no me he olvidado de cómo se grita un gol. Lo
importante es qué goles vamos a tener.
P. ¿Es fácil jugar con Luis Suárez?
R.
Es un jugador enorme, muy buen pibe, humilde, trabajador, peleón. Da
mucho al equipo, es impresionante su capacidad para sacar ventaja de
cada balón. Tenemos buena onda, fuera y en el campo, porque llevamos
mucho jugando juntos.
P. No hay más que verles para entender que ese es el secreto de la celeste, la buena onda, los años.
R.
Ese es el secreto de cualquier equipo: si vos ves a España, es lo
mismo. Las semifinales en el Mundial, esta final, son el fruto del
trabajo, de una actitud.
P. Como dijo Iker Casillas antes de la final de Johanesburgo, ¿a veces los sueños se cumplen?
R. No
lo sé, yo llevo desde chico soñando con una final como esta. He jugado
algunas con clubes, pero esto es especial. Sabes que juegas por tu
país, por los niños que, como tú soñaste, fabulan ahora en las calles
que juegan esta final. Yo no soy distinto. He salido campeón, he ganado
reconocimientos, he marcado muchos goles... Se me han hecho realidad
muchos sueños, pero me queda uno y vamos a luchar por él.
P. Es partido para el corazón, para la garra charrúa...
R. Hay
que estar tranquilo y jugar como se ha de jugar. No hay que dejarse
llevar por la emoción porque eso te juega una mala pasada. Hay que
disfrutarlo como lo que es, pero no dejarse llevar por la emoción. Hay
que pelearlo, jugarlo y disfrutarlo, y pelearlo porque no va a ser
fácil.
P. ¿Qué es la garra charrúa?
R. Un
mito. Obviamente se da por los partidos épicos, como el otro día con 10
contra Argentina. Esa entrega la tienen muchas selecciones, no solo
nosotros.
P. Uruguay ya piensa en festejos, ¿le preocupa?
R.
Podemos perder. Paraguay es muy peligrosa. Hemos jugado de juveniles,
de mayores, sabemos que somos un equipo parejo: les hemos ganado, nos
ganaron, empatamos... Paraguay es finalista porque lo ha ganado y habrá
tenido suerte, pero eso también juega. Sabemos que va a ser difícil. Yo
no me he imaginado levantando la Copa, me imagino peleando por
conseguirla, eso sí.
P. ¿Cómo explica que un país tan pequeño como el suyo genere tanto talento?
R.
Impresionante. ¡Con las carencias que hay! No crea que tenemos unas
estructuras sólidas, que los niños trabajan en las mejores
condiciones... No. Somos tres millones y pico y competimos con Brasil,
Argentina, con las potencias europeas...
P. ¿Ha jugado contra Justo Villar?
R.
Es un gran arquero que está jugando sensacional. Su rendimiento con
Paraguay aumenta nuestro desafío. Le hice dos goles, uno en Liga y otro
con Uruguay.
P. ¿Dónde jugará la próxima temporada?
R.
En el Atlético. Tengo contrato y mi intención es cumplirlo, siempre fue
así. Yo nunca he dicho que me quiera ir. Solo dije que no podía ser un
falso y descartar que un día me vaya. No solo por mí, también el club
puede recibir una oferta. ¿Y entonces? No soy un falso, que salga a
decir "no me iré nunca", y luego de un cachetazo por la espalda y haga
las maletas. Esto es fútbol y nunca sabes. Pero ni negocio ni busco
equipo. Ya tengo un equipo.
P. ¿Se sintió solo en el vestuario del Atlético la pasada temporada?
R.
No, no... Tuve compañeros que me ayudaron muchísimo: Simão, Tiago,
Paulo [Assunção], Juanfran.... Fuera del vestuario probablemente sí. Yo
creo que, cuando tienes un jugador, debes protegerlo, no hablo solo de
directivos. Y ahí afuera estaba solo.
P. ¿Qué le parece cómo lo ha llevado El Kun?
R. Es su decisión, yo no me voy a meter. Soy muy respetuoso con las decisiones de los demás.
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