No podía dejar pasar este post, y he citado lo que hasta ahora mejor me identifica
Vinagruno:
Ojalá algún día podamos sentirnos tan orgullosos de nuestros jugadores del Atleti como hoy nos hemos sentido de los de basket.
Sencillamente impresionante.
Lo primero, sin ser un seguidor habitual del baloncesto, pues muy atrás queda ya la mocedad. Creo, no recuerdo, otro partido de baloncesto más meritorio, más importante y mejor jugado que el del domingo. HA SIDO EL MEJOR PARTIDO DE BALONCESTO QUE HE VISTO. Aunque bien pudiera haber sido una pelea de boxeo: por el intercambio y el reparto.
Lo segundo, que rabia, que ASco, que mala baba.....la de los periódicos deportivos, en especial el AS, que aún siendo el MEJOR PARTIDO DE BALONCESTO DE LA HISTORIA DE ESPAÑA, abrieron sus tiradas con una portada compartida con la supercopa del trampas. A veces en una proporción sonrojante, que impulsaba a reclamar en el kiosko.
Lo tercero, lamentar el adios de Carlos Jiménez, pues creo que ha sido clave en la marcha de la selección en este periodo. Y espero que no haya nada contra los de San Viator, de donde han salido otros ilustres como aquel base llamado Carlos Gil que asistiera a Walter Berry (cuyo BMW se cobró un accionista del atleti que nos suele delegar las acciones, ex directivo del balonmano cuando cerró la sección presidida entonces por Cerezo y padre del segundo portero del doblete). Pero quería indicar que es cierto, que esa institución marca a los que por allí pasan, que suelen estar orgullosos de su paso como quizás alguién recordará hace 24 años, cuando las declaraciones de Corbalán tras la otra medalla de plata olímpica fueron precisamente con la camiseta de San Viator. Y aunque a día de hoy, no abrace la fe, he de reconocer que la formación recibida te permite pelearte con cualquiera, independientemente de su tamaño, sin achicarte nunca, altivo. Eso lo reconocía en la selección, haciendo su mejor baloncesto frente al mejor equipo de baloncesto que posiblemente podían ponerles enfrente. Aunque cada uno tendrá su cuna.
También algún reproche, tibio, sin derecho; pero en la seguridad que los jugadores de baloncesto quedaron con el mismo resquemor: se pudo ganar el oro. O al menos aprovechamos casi todas nuestras posibilidades de lograrlo. Pero, perito, creo: que leimos mal la interpretación de la regla de los pasos por los arbitros y no debimos entrar al trapo; no debimos permitir tantas jugadas de 3, díficil en el perímetro si queriamos evitar su juego interior; pero que se corrigió en alguno momentos impidiendo continuar tras la personal que para eso nos plantamos así; y no se si Aito empeoró al equipo, que construyó otro (como si ahora tuviera Krusty más merito que Luis si triunfa en el Mundial gestionando su grupo, su trabajo), pero eché de menos más minutos de Carbajosa, y menos de Raúl-Mambrú ( como se diga). Aunque en su debe anoto el rescate a tiempo de Navarro.
Lastima la baja de Calderón, y la de Ginovilli (o como se diga) que quizás hubiera cambiado el rival.
Un aviso para los americanos, quizás perdimos; pero como otros declives, el del baloncesto lo alumbramos ayer. Ya sólo es cuestión de tiempo que se lleve al equipo NBA que se lleve, no se consiga el oro. El anterior dream team, siempre lo discutí, pero nunca lo pude probar, hubiera sucumbida a manos de los Kukoc, Divac, Petrovic de la mejor Yugoslavia unos meses antes desaparecida. Unos meses que nos privaron de otro partidazo.
Por último, y lateral, ver con nostalgía los éxitos del balonmano, huerfanos de nuestro escudo.
Tenía ganas de hablar de baloncesto. Del MEJOR PARTIDO DE BALONCESTO QUE HE VISTO.